Si, la respuesta es clara, son lo que mueve el mercado, la base sobre la que se sustenta el mercado televisivo, la excusa para eliminar unos programas, para mantener otros, una barra de medir consensuada que justifica todos los comportamientos de un sector.
Sin embargo, estas audiencias nos proporcionan a veces titulares ridículos o, mejor dicho, irrelevantes: decir que la final de Perdidos arrasó en Cuatro, que la cadena barrió en audiencias o que batió todos sus records es algo que se ajusta a la realidad de los números. Decir que el 40% de la audiencia vió The End es una verdad irrefutable (aunque sobre esto también habría cosas que decir) pero ¿tiene algún valor?
Los datos por individuo nos dicen que ese 40% de share se traduce en unas 400,000 personas, un dato excelente para la madrugada, pero solo porque la mayoría de los españoles a esas horas estaban durmiendo y es fácil pensar que casi la mitad de los televisores encendidos cuando aun no había amanecido eran de fans de Lost.
Ese mismo 40% de share es el que consiguen algunos partidos de fútbol, solo que en esos caso hablamos de más de 7 millones de espectadores. Los titulares, los mismos, pero ¿y el valor? Definitivamente muy diferente.
La estadística es asi de puñetera y «manipulable»