Antes que nada, podéis felicitar a la fan de Lost más torpe de todo el planeta: yo misma. En mi afán por ver la serie prontito por la mañana y poder, no solo comentarlo en el blog, sino poder hacer vida normal, es decir, conectarme a internet, leer prensa, blogs, twitter, ayer programé la grabación de los últimos episodios en mi iPlus. Para cerciorarme de que no quedaba nada por el camino, programé la grabación de toda la serie pero, a media tarde empecé a pensar que igual no había espacio suficiente en el disco duro para todos y sería ridículo que se grabaran todos los episodios que se emitían por la noche menos el último, así que me dispuse a cancelar la grabación de la serie y programar solo la del último episodio doble. Lo primero lo hice estupendamente, de lo segundo, me olvide. Si, como una auténtica imbecil, porque no tengo otro nombre.
De eso me he dado cuenta evidenetemente esta mañana, cuando los episodios no estaban y en seguida he recordado que no lo había modificado. Por supuesto, levantarme tempranito no era una opción, quería disfrutar de la finale en plenitud de facultades y a las cinco y pico de la mañana no destaco precisamente por estar muy espabilada (se ve que el resto del tiempo tampoco).
La solucion no parecía muy complicada, a tirar de torrent y listo, algo que normalmente no lleva más de una horita pero, cosas del querido Murphy, son las cuatro de la tarde y no hay manera de que los dichosos episodios terminen de descargarse y yo no puedo más, ansiosa por saber qué ha pasado y aislada del mundo para evitar que alguien me estropee la experiencia, algo que por otra parte sería justo castigo a mi torpeza.
En fin, en cuanto pueda comentamos.
El final es que HURLEY SE COME LA ISLA.
Ale, spoileada 😀