Seguro que más de uno de vosotros se ha sentido raro al volver de una película en 3D, especialmente Avatar, que tenía una duración más larga que la clásica película de animación y cuyos efectos eran más bruscos y rápidos. Si pensabas que era un problema tuyo, tranquilo, es habitual.
Sentir mareos, dificultad para enfocar, falta de equilibrio, entre otros, son efectos secundarios reportados tras el visionado de una película en 3D y por tanto, en el siempre cuidadoso mundo de las advertencias sanitarias, todas las televisiones con capacidad para reproducir 3D deben incorporar un aviso. El de Samsung da miedo.
Desde la información que avisa de que niños y adolescentes son más propoensos a padecer estos efectos secundarios, hasta la recomendación de no beber mientras se ven programas en 3D, pasando por las posibilidades de sufrir un ataque epiléptico o un infarto cerebral y la seria recomendación de acudir al médico de inmediato si uno se siente mareado, confuso, tiene nauseas o está desorientado.
Por primera vez, parece que eso de que la televisión es perjudicial puede ser verdad ¿o será un aviso como aquel que antiguamente decía que viajar en tren podía descolocar los órganos de un ser humano de forma irreversible y mortal?
Yo supongo que es una de esas cosas que ponen para cubrirse las espaldas (no sea que algún listo decida sacar tajada y se líen a demandar).