Tener en parrilla determinados programas de televisión es un signo de calidad que muchas cadenas luchan por mantener, pese a que en ocasiones no signifique gozar de la mejor de las audiencias. Otros de estos programas, sin embargo, reportan grandes dosis de atención por parte de los espectadores, además de una buena pátina de calidad, como suele ocurrir con las competiciones deportivas. Ser la cadena de la Fórmula 1, la de las Olimpíadas o la de las grandes competiciones futbolísticas acostumbra a poner a las cadenas que lo retransmiten un peldaño por encima de las demás, con ese privilegio que otorga saberte en posesión de un preciado trofeo televisivo.
En esas estábamos cuando se anuncia que Sogecable ha vendido los derechos del mundial de fútbol, más concretamente de los partidos de la selección española, a Telecinco y que todo el glamour y barniz de calidad que Cuatro había destilado durante la pasada Eurocopa (pese a algunas jugarretas imperdonables) se dejaba caer por la carretera M-607 de Tres Cantos a Fuencarral.
Y es que la noticia no ha sentado nada bien, ni entre los aficionados, ni entre los propios profesionales del medio, que ya han empezado a decir que esta compra/venta es la mejor razón para escuchar los partidos por la radio, en lo que es una mezcla de autopromoción de algunas emisoras y un duro ataque a sus compañeros en Telecinco, entiendo que más concretamente a un JJ Santos que no parece tener muchos amigos.
Es la primera vez que veo que una compra de derechos de una importante competición como es el mundial de fútbol, en lugar de dar prestigio a la cadena que lo compra, se mancha de desprestigio precisamente por ser quienes son, solo les falta tener un grupo en facebook amenazando con apagar la televisión o algo así (aunque en este país de futboleros dudo mucho que algo así pudiera ocurrir).
En su estrategia de acumular audiencia, Telecinco se está llevando unos buenos pellizcos a base de programas de dudosa calidad, pero también es cierto que intenta compaginar estos formatos con la compra de derechos deportivos de interés, como la Fórmula 1 en su momento, los partidos de UEFA (que no están resultando todo lo bien que cabría esperar), motociclismo y ahora este mundial de fútbol. De todos ellos, solo he sido aficionada a las retransmisiones de la F1 y debo afirmar que me parecieron un trabajo muy bien hecho. Sé que los puristas de este deporte no estaban muy contentos, pero no debemos olvidar que se trataba de acercar este deporte a los novatos como yo, a los que solo lo veíamos porque había un español con posibilidades, y ese trabajo lo hicieron muy bien, logrando cuotas de audiencia impensables para un deporte minoritario como es la F1 (ojo, lo de minoritario lo digo porque hasta ahora así era y probablemente lo seguiría siendo si no hubiera españoles en liza).
Con el fútbol lo tienen fácil, la audiencia está lista, los anunciantes ansiosos y solo basta que nuestros representantes hagan la machada y se lleven la Copa, algo que barrería los audímetros y con lo que Telecinco ya se frota las manos. Hacerlo bien en este caso es muy fácil, lo difícil será liarla ¿lo acabarán haciendo? La respuesta en apenas tres meses.
Liarla en 3 meses? Ya la lían cada partido que retrasmiten. JJ Santos me parece un comentarista malísimoy espero y deseo que contraten a alquien más cualificado para retransmitir los partidos de España en el mundial como se merecen.