Los nuevos formatos televisivos que empiezan a hacerse habituales en nuestras televisiones vaticinan un futuro audiovisual mejor, en el terreno puramente visual pero, por el momento, llaman más la atención por los fallos que provocan que por su auténtica calidad.
El más habitual de estos avances es el paso de la mayor parte de las emisiones al formato 16:9, un cambio que permite ver mejor la televisión a quienes tienen un televisor panorámico, pero que provocan dos curiosos e incómodos efectos: por una parte, el salto constante de la imagen cuando se pasa a publicidad, aun en 4/3, un salto cuyos motivos desconocen la mayoría de los espectadores habituales y que les hace pensar que algo falla en su aparato o en su antena (afortunadamente esto está a punto de cambiar, al menos en Cuatro y Telecinco). Por otra parte, el paso a 16:9 de algunos programas, pero no todos los de la misma cadena, provocan situaciones absurdas como la de este fin de semana en Telecinco, que alimentaba su programa dominical Vuélveme Loca (en 4/3) con imágenes de la emisión del sábado de La Noria (en 16:9), imágenes sobre las que hacía zoom para que encajaran en el formato, con la consiguiente deformación de los cuerpos.
El otro inconveniente que provocan los avances tecnológicos en nuestra televisión se refiere a la alta definición y su utilización en productos de ficción, que resultan en muchos casos bastante más irreales cuando nos enfrentamos a decorados o escenarios digitales de lo que nos parecía antes, cuando los bordes, los colores y las texturas eran mucho menos perceptibles. Mucho me temo que las producciones de ficción van a tener que invertir un poco más en limar estas imperfecciones que hasta el momento pasaban bastante desapercibidas.
Del problema que provocan los 100Hz en estos mismos productos de ficción ya hablé en su momento y desde entonces lo sigo teniendo desactivado.
Los problemas técnicos, son problemas, frutos del cambio y que en cuanto falla una vez no vuelve a fallar, aunque lo que comentas del problema de 4:3 y 16:9 y el deformado, es grave, nuestro profesor de montaje si veía algo de eso, nos suspendía a la primera.
El «salto» que pega la imagen cuando va a publi, lo veo como admisible, aunque molesto y evitable, pero es lógico que si casi toda la publi (por no decir toda) se graba y trabaja en 16:9 (o incluso más panorámico) luego en la emisión se haga en 4:3, menos mal que las cosas están cambiando.