Con la vuelta a la rutina televisiva después de las vacaciones navideñas, son un montón los estrenos que nos tienen preparadas las cadenas, todos ellos producciones españolas, algunas de ellas regresos, como la segunda temporada de Acusados o Hay alguien ahí, otras nuevas apuestas más o menos originales, como Los Protegidos.
El pistoletazo lo dio anoche Telecinco, con el estreno de La Pecera de Eva, que logró un share del 11,9% en su primer episodio y un 13,8% en el segundo, unos datos muy discretos que seguramente sirvan para que todos nos aclaremos y sepamos qué es lo que finalmente se quiere hacer con esta serie, originalmente producida para Telecinco, más tarde destinada a La Siete y finalmente preestrenada en la una para emitirse definitivamente en la otra. La estrategia de lanzar una nueva serie en la cadena que tiene mayor audiencia está bien, pues permite presentarse ante un mayor número de espectadores que no acostumbran a sintonizar con La Siete y que de otro modo no la conocerían, pero no podemos negar que todo el proceso ha parecido bastante improvisado y que, de haber logrado un dato mucho mejor, seguramente se habría quedado en ese hueco, al menos alguna semana más (y eso que hacer casi un 14% hoy en día, no está tan mal).
Respecto a la serie en sí misma, a mí me pareció lenta y con poco que contar, aunque Alexandra Jimenez me gusta mucho y creo que casi todos los actores estaban bastante bien. La estructura recuerda mucho a la serie Impares, de la misma productora, pero con menos gracia que aquella. Si es cierto que la serie carece de diálogos y sus protagonistas improvisan lo que dicen, la interpretación me parece aún mejor, aún así, ejercicio interpretativo aparte, la serie es previsible y aburrida. También cabe la posibilidad de que yo no sea el target.
A continuación se estrenó El Pacto, TV Movie en dos entregas que sirvió para pasar la noche entretenidos a un 18,2% de los espectadores. Supongo que en Telecinco estarán razonablemente contentos aunque, una vez más, la película de TVE sin anuncios arrasó en el prime time con un 29,1% de share, datos que hacía tiempo que no se daban y que ya tienen a todas las cadenas privadas con los pelos de punta, hablando a los espectadores de las bondades de la publicidad y de los problemas para la vejiga que puede provocar un ejercicio regular de visionado de la cadena pública. Esta historia de la audiencia de TVE desde que no emiten publicidad no hace más que recordarme aquello de «Ten cuidado con lo que deseas, puede hacerse realidad».
Ls privadas acabarán pidiendo la retirada de todas las televisiones públicas. Y creo que no ha mucho tardar.
Esperemos que el gobierno de turno no se baje los pantalones por enésima vez.