Lo malo de ser presentador de televisión es que llegar a la fama y a ser reconocido como uno de los mejores, más influyentes o codiciados es muy difícil pero, además, si logras llegar, son muy pocos los que se mantienen y muy fácil ser reemplazado. Estos profesionales, que siempre han estado delante de una cámara, no son fáciles de reciclar una vez retirados del foco, pues ni ellos se han preparado para hacer otras labores, ni tampoco sus empresas piensan en ellos como productores, directores de programas o periodistas de calle, lo que dificulta notablemente su reinserción laboral.

Entre estos profesionales que lo han sido todo en sus canales y que ahora pasan por complicadas horas bajas tenemos a Ana García Siñeriz, que tenía previsto estrenar un magazine matinal en CNN + y que por el momento parece que no volverá a las pantallas. Junto a ella, uno de los presentadores estrella de la televisión, Jesús Vazquez, que después de presentar la última edición de Operación Triunfo no encuentra un proyecto en condiciones y parece haber perdido su estrella. La última cancelación de un programa de Jesús ha sido incluso antes de su estreno, al parecer porque el piloto no ha convencido a la cadena. El proyecto: un talk show al estilo Diario de Patricia o aquel Hablando se entiende la basca, que dio fama a un joven Jesús Vazquez a principios de los años 90.

No son los primeros a los que les ocurre algo así, ni por supuesto serán los últimos. Es el triste destino de quienes consiguen una fama muy grande en un medio que necesita renovarse constantemente y donde sólo algunos consiguen sobrevivir. Un motivo más para adorar estar al otro lado de la cámara.