La publicación de esta noticia sobre el estudio anual de EGEDA sobre televisión me plantea dos reflexiones: la primera ¿qué es eso de que la TDT hará imposible medir audiencias de más del 8-9% de share? Supongo que Pedro Barbero, responsable de las conclusiones del informe, se refiere a que no habrá audiencias de esa magnitud y no que no se puedan medir, aunque la forma de expresarlo lleve implícito el verdadero interés de las cadenas, la medición de audiencias y los números que esta medición arroja, aunque sean incompletos o poco rigurosos.

La segunda inquietud que se desprende de este informe es la dificultad de llevar a cabo una producción audiovisual como hasta ahora, por el mero hecho de que la competencia se multiplique y aparezca una oferta de hasta 40 canales en una misma comunidad autónoma. Parece que esto va a ser un problema insostenible, cuando yo lo veo como una gran oportunidad para las pequeñas productoras que nunca han encontrado un espacio para crecer o una ventana desde la que contar sus historias. La propia crisis del impacto de la publicidad en este medio hará posible nuevas formas de mecenazgo de programas que pueden resultar muy provechosas.

El informe habla también de necesidad de especialización para ser competitivo, y aunque parezca una evidencia, es algo que las cadenas no han estado haciendo hasta el momento: no hay más que mirar la evolución de las parrillas desde hace unos años y comprobaremos como todas las cadenas hacen lo mismo, buscan la misma audiencia y, tan pronto ven un formato que sobresale, corren a copiarlo. Parece lógico pensar que así las cosas no funcionen, aunque la lógica a veces no sea lo más representativo de las formas de actuar de las cadenas de televisión.

Me parece lógico que en un mercado tan reducido como era hasta ahora el de la difusión televisiva, los principales competidores se devanen los sesos pensando cómo seguir ganando el mismo dinero con unas audiencias mucho menores, pero la realidad está a la vuelta de la esquina y toca pensar. Algunos consejeros de las principales televisiones españolas se van a ganar su magnífico sueldo, esperemos que lo hagan bien porque ganaremos como espectadores.