El gobierno australiano anuncia que enseñará a los habitantes de las zonas rurales a utilizar una cámara para que puedan proveer de noticias de su entorno a las redes sociales y otros medios de comunicación y evitar así el riesgo de quedar aislados informativamente.
En principio parece una buena idea, pues es cierto que los más recónditos lugares de cualquier país siempre están más abandonados en cuestión informativa y es una pena que, en los tiempos que corren y con las facilidades que nos da la tecnología y la proliferación de reporteros amateurs, esto no se corrija. Sin embargo, se corre el riesgo de que los grandes medios abusen de estos reporteros ciudadanos y empiecen a tomar las informaciones generadas por ellos del mismo modo que hacen con los profesionales que van al lugar de la noticia, se documentan convenientemente y hacen su trabajo periodístico bien hecho.
Ojo, no estoy hablando de intrusismo profesional ni de cosas parecidas que muchos periodistas parecen temer cuando se habla de estas cuestiones, pero sí creo que no es lo mismo un reportaje o noticia de actualidad montado y narrado por un profesional, que ese mismo trabajo hecho por un simple ciudadano (de hecho puede que en muchos casos esta segunda opción sea mucho mejor, muestre lo sucedido de forma más natural y pegada a la realidad).
El problema es que hemos llegado a un punto en televisión donde las noticias son las mismas en todas las cadenas, sin apenas reflexión o análisis en profundidad y es una pena, porque se está perdiendo calidad informativa. El ciudadano medio que sólo se informa por televisión está ciertamente poco informado y lo peor es que no tiene muchas opciones, porque la cantidad de canales no ha supuesto un aumento de la calidad.
La existencia de pequeños reporteros aficionados diseminados por todo el mundo abre un maravilloso mundo de posibilidades que pueden en ocasiones sustituir a la unidad móvil enviada a cubrir una noticia y que permitirá al espectador vivir la información de otra manera (siempre filtrada por el editor al mando del informativo, claro). Si llegamos a este caso, las cadenas deberán plantearse un análisis más a fondo de aquello que los ciudadanos cuentan porque, para la gran mayoría, una imagen valdrá mil palabras, pero no es suficiente.
Nota: en Australia no hablan de sustituir unas noticias por otras, ni de distribuir lo que los ciudadanos graben directamente en los informativos, sino en las redes sociales, pero estoy segura de que muchos de los que lean esta noticia lo llevarán a ese terreno, no sólo yo que todo lo pienso desde el punto de vista televisivo.
Me parece una iniciativa francamente interesante…y que revolucionaría aún más el periodismo audiovisual.