Me ha gustado esta entrada de 625 ranas hablando sobre el final de algunas series de televisión y cómo estas afectan a su espectador. Lo único que falla en este relato es la parte de los títulos de crédito, inexistentes en nuestra querida televisión española, lo mismo da que sea una serie de producción nacional que una extranjera que ya los traiga incorporados. Hasta tal punto nos comemos los títulos de crédito que ni en los torrent que se descargan de la red aparecen, salvo casos muy excepcionales como series de la HBO o Showtime, me temo que por la forma en que estos se emiten en su televisión de origen.
Y es que en EE.UU. los títulos de crédito finales de las series de televisión si que aparecen, aunque de forma prácticamente testimonial, pero aparecen, en ocasiones reducidos a una pequeña pantalla sobre otro tipo de contenido, o bien en una doble pantalla de iguales dimesnsiones dónde apenas puedes leer lo que está escrito o incluso con una voz en off que te va anunciando el siguiente contenido que podrás ver en el canal o uno cualquiera que consideren debe ser promocionado. Sea como sea, los responsables «menores» de aquello que acabamos de ver están presentes en la pantalla, ocupando un sitio que les corresponde, pese al riesgo de provocar un zapping en el espectador que le aparte del trabajo de otros compañeros como ellos cuya obra se emite a continuación.
Porque emitir créditos de cualquier programa de televisión es un auténtico riesgo para la cadena, de ahí que hayan desaparecido casi por completo de nuestras pantallas y sólo los encontremos en canales minoritarios, bien por su poca audiencia o por ser canales premium, cuya percepción de calidad reside también en estos pequeños detalles.
La televisión es un escaparate y ver tu nombre ahí puesto, un honor, pero tu trabajo no es mejor ni peor por aparecer reconocido en los créditos que nadie va leer, del mismo modo que muchas creaciones de las que disfrutamos a diario no llevan el nombre de sus autores y sólo un verdadero interés por conocerlos nos permite descubrir sus nombres. Es quizá una pena que todas esas personas pasen desapercibidas, pero las leyes del mercado y la necesidad de mantenerse competitivo frente al resto de canales han convertido a la producción televisiva en un producto casi anónimo donde, más allá de los actores principales, guionistas y productores, el resto del equipo ha quedado desdibujado.
Pero hay otro modo de verlo: mientras la serie triunfe y estos profesionales mantengan su trabajo, estarán recompensado aunque su vanidad no sea premiada.
ESTOY DE ACUERDO CON TU ARTÍCULO. TIENES TODA LA RAZÓN.