De entrada he de decir que la promo no me ha defraudado respecto al aspecto visual del programa, muy cuidado, con planos muy dramáticos y hasta cinematográficos, en algunas ocasiones, muy inspirados en la versión americana del formato.
Por cierto, se rumoreaba ayer que el logo del programa era una copia del logo de Atrápalo, un comentario que, de ser mostrado como curiosidad está bien pero que, de ser interpretado como una copia, sólo demuestra desconocimiento del logo del programa original, algo por otra parte normal.
La clave del programa es hacer un seguimiento del desarrollo profesional de estos candidatos, pero no podemos olvidar que los concursantes viven juntos durante el tiempo que dura el programa y que esto puede, y debe, generar tensiones y que de La Sexta dependerá a qué parte del programa quieren darle más importancia. Al menos en su primera entrega, la parte profesional fue lo más importante.
Este concurso, como tantos otros, tiene un problema de realismo, pues el tener una cámara detrás y que los posibles compradores estén al tanto de que se trata de un programa de televisión, facilita sin duda las cosas y hace más sencilla, en este caso, la venta. Ocurre con Pekín Express, donde la dificultad de encontrar quién te lleve o te de alojamiento es menor cuando los que te ayudan saben que están participando en un programa de televisión, del mismo modo que el miedo que te da como concursante enfrentarte a ciertas situaciones no es el mismo con el apoyo de un equipo de producción. Pero bueno, esto es inevitable si queremos tener un programa de calidad técnica y no un formato hecho a base de cámaras ocultas y sus defectuosas imágenes.
Voy a evitar criticar que las primeras pruebas hayan dividido al grupo en hombres y mujeres, como si el mundo real estuviera hecho así pero, teniendo en cuenta que el programa original también hace esto, pues daré por sentado que se trata de seguir la línea marcada por el.
Algunos críticos han saltado hoy con frases gruesas como «un programa que le ayudará a convertirse en un miserable bastardo sin escrúpulos», frases que no creo se ajusten en absoluto a este primer programa (ya veremos como evoluciona) y que, desde luego, no se ajustan a la vida real, donde hay que asumir errores, pelearse con gente que te querrá echar la culpa de los fracasos del grupo y donde, desde luego, a veces hay que enfrentarse a situaciones desagradables porque no nos encontramos en una reunión de amiguetes, sino en un trabajo de verdad, donde mil veces quieres darle una patada en el culo a tus compañeros aunque minutos después los adores, o no. En cualquier caso, nos encontramos ante un programa de televisión, algo que no debemos olvidar.
Si te gustó el programa americano, te gustará El Aprendiz de La Sexta.
Bueno pues del aprendiz decir que los chicos de la sexta ven mucho cuatro y otras cadenitas. Que sería bueno dejar de ver tanto pijo en realitys, que bastante tenemos con la crisis como para ver a niños bonitos llevándoselo en la tele. Está nuevamente claro que la tele la hacen los de siempre, nada de talento, mucho enchufe, a ver si contratamos producto nacional, hay realitys, formatos que luchan por salir, pero sin contactos…es dificil…miliquito, tenías que haber comprado el mío..jajaja, o lo hubieras plagiado, quién sabe…