Una de la muchas diferencias en la producción de series americanas con respecto a las españolas, y seguramente a muchas otras, es la estructura del guión en función de cuando la cadena emitirá los cortes publicitarios y cómo las cadenas respetan esta estructura, emitiendo sus anuncios exactamente dónde la producción de la serie indica.
Así, las series de una hora de duración están estructuradas en cuatro partes y a ninguna cadena se le ocurre poner más de los cuatro cortes publicitarios de rigor, ni los espectadores se encuentran con frases cortadas, escenas interrumpidas en medio de un momento importante o barbaridades narrativas por el estilo.
Pero, en la dura lucha por la audiencia, cada vez más fragmentada, la ABC ha decidido emitir los primeros episodios de sus estrenos de esta temporada con un corte publicitario menos, el primero, evitando así que la audiencia se plantee hacer zapping antes del minuto 18, pero obligando a las productoras a extender la duración de los episodios en 3 o 5 minutos (según se trate de una serie de las que ocupan una franja de 30 minutos o de una de 60).
La intención primera de la cadena era ir mucho más allá y emitir estos episodios sin publicidad (algo que ya hemos visto en estrenos en España) pero necesitaban un patrocinador que cubriera el coste de toda la publicidad que dejaría de emitirse y parece que no lo han encontrado, por lo que todo el cambio se limita a eliminar ese primer corte. Esta visión podría ser algo cortoplacista, al poder arriesgarse el dinero que se deja de ingresar una noche a cambio de ser líder de audiencia las siguientes semanas con una serie que ha triunfado.
Para quienes estamos acostumbrados a ver estas mismas series sin interrupción, la diferencia es nula, sólo nos damos cuenta de dónde van los cortes porque aparecen y desaparecen los símbolos de la calificación por edades y otros tantos junto con la mosca de la cadena. Pero, para quienes disfrutan de una serie en parte por la capacidad de dejarles «enganchados» cada cierto tiempo, si esta iniciativa prospera, puede que las sensaciones que les provoque la serie sean distintas y no vibre tanto con ella. ¿Podría la publicidad ser incluso buena?
Y para los creadores, sin duda un problema, pues se ven obligados a producir más minutos y, no es sólo una cuestión de dinero, sino de formas de trabajar y estructurar unos guiones que de pronto han de cambiar y alargarse de la mejor forma posible para que no parezca un simple estiramiento forzado. Y es que puede parecer una tontería pero las series americanas están medidas al segundo.
Tanto quejarnos aquí de cómo se hacen de mal algunas cosas en comparación a EE.UU. y al final nos van a copiar los peores defectos. Todo sea por la audiencia.
Que pongan tomas falsas al final de cada capítulo y ya tienen esos 3 mins extra 😀
Aunque eso funcionaría allí, aquí se cortaría para meter más publicidad.