Tan acostumbrada como estoy a criticar a Telecinco, lo cierto es que me alegra tener algo bueno que contar de ellos y creo que es de justicia reconocerles que, aparte de otras cosas que hacen muy bien sin necesidad de caer en el morbo (esto ya sabemos que lo bordan), la jugada de Sin Tetas no hay Paraiso les ha salido redonda.
Cuando tienes una serie de éxito que encumbra a su protagonista masculino como el más guapo, el más listo, el más alto, el más todo de todo del fan-erío patrio, aún a costa del resto de personajes de la serie, que el actor que lo interpreta decida de buenas a primeras abandonar el proyecto es una de las peores noticias que te pueden dar. En las productoras lo tienen muy claro y por eso abundan eso que se llama las series corales, en las que no hay protagonistas claros y todo el mundo es sustituible.
Telecinco sin embargo decidió un buen dia apostar por una serie en la que había un par de claros protagonistas y se encontró con que uno de ellos se comió al resto del elenco, seguramente muy a pesar de los demás, que durante años han visto como su participación en la serie quedaba eclipsada por uno solo de sus compañeros. Cuando Miguel Angel Silvestre decidió abandonar, la cadena tenía dos opciones: terminar con la serie en su punto más alto de éxito o intentar avanzar de otra manera, confiando en que la masa de fans de su protagonista fuera capaz de mantenerse frente al televisior, aunque fuera viviendo de recuerdos.
Yo nunca he visto Sin tetas no hay paraiso de forma continuada, el principio no me gustó, no logré engancharme en absoluto, pero si la seguí en la recta final de la pasada temporada y puedo decir que en las promos que estos días hemos visto en las que se nos mostraba una Cata desesperada por salir de la carcel y dispuesta a todo por ello, ya se intuía que la serie podía seguir adelante. Esa fuerza, esa desesperación, esa vida en el límite que ha conducido la vida de sus protagonistas se mantiene y, lejos de derrumbarse por la ausencia de su personaje más carismático, la productora y la cadena están hoy de enhorabuena. Las audiencias así lo confirman, pues la serie logró llevarse el prime time pese a la dura competencia de Doctor Mateo en Antena 3, World Trade Center en La 1 y hasta Pekin Express en Cuatro.
Todo ello, sin necesidad de hacer una campaña brutal de promoción por el resto de programas de la cadena, como en un momento pretendían aprovechar en La Noria, que anunciaba la presencia de los protagonistas en su programa del sábado y que tuvo que conformarse con la presencia de la siempre divertida María Castro, representante de unos compañeros que, con excusas variopintas o directamente declinando la invitación por las características del programa, molestaron a un Jordi Gonzalez que no admite que la imagen de su programa puede no ser tan buena en su cabeza como en la del resto de seres humanos.
Totalmente de acuerdo. Ayer fue una sorpresa. El duque enganchaba mucho además de por méritos estéticos porque M.A.S componía un personaje muy bien interpretado. Yo pensaba que sin él la serie iba a ser un bluff, pero ha empezado con mucha fuerza y unos buenos personajes nuevos. Ojo a Pakito, que tiene tela. Que no decaiga.