Primero pensábamos que esto de la fecha definitiva para el apagón analógico iba a ser una primera fecha para «asustar» a la población, pero que nunca llegaría a ser definitva y que se iría retrasando tanto como fuera necesario para que la mayor parte de la población estuviera adaptada.
A día de hoy, siete meses antes de la fecha prevista inicialmente para apagar las cadenas analógicas, el informe de septiembre de la sociedad Impulsa TDT habla de un 70% de la población ya preparada para recibir la señal digital y el gobierno empieza a hablar de un adelanto de dicho apagón, una idea sorpendente cuando somos muchos los que pensábamos que serían mayoría los ciudadanos a los que pillaría el toro en el mes de abril.
Si a estas alturas del año ya hay un 70% de hogares preparados, todo hace pensar que con los regalos de navidad se puede dar un tirón importante a la digitalización televisiva definitiva del resto de la pobación y tendría sentido hacer un adelanto de la fecha de apagado, toda vez que son muchas las zonas donde la recepción de la señal de TDT es muy pobre y las operadoras confiesan no poder solucionarlo hasta que el apagón sea definitivo.
Si finalmente en el mes de febrero podemos hablar de una población preparada y un apagón adelantado será un triunfo de todos: los que han sabido comunicar la necesidad y los que han entendido que había que hacerlo y han puesto de su parte todo lo necesario para reibir esta nueva forma de televisión y todos debemos felicitarnos.
Pero siempre tiene que haber alguien en desacuerdo y Telecinco ha mostrado su disconformidad con estos planes, según dicen por la inseguridad jurídica que provocaría este adelanto, en un sector que está sufriendo constantes cambios de reglas. La verdad es que no es de extrañar que Telecinco muestre sus suspicacias ante lo que puede suponer un cambio en la fecha, pues cosas como la aprobación urgentísima de la TDT de pago y su efecto en todos los actores del sistema son para espantar a cualquiera, pero a mi personal entender, adelantar el apagón no puede tener más que ventajas, pues esta situación que tenemos ahora no favorece a nadie, ni espectadores ni cadenas.
Como vivo en Zaragoza ya hemos sufrido el apagón y no ha habido muchos problemas, ni tampoco colas para la compra de TDTs.