¿No me diréis que la frase no merece ser titular de una entrada en el blog? Sobre todo cuando describe a la perfección el nivel de ridículo y patetismo que nuestra televisión de sobremesa ha adquirido en las últimas semanas.

No es una frase inventada por mí, más quisiera yo tener tanta chispa, sino lo que dice el ex-prometido de Falete que este le hizo para que le gustaran los hombres o para que se enamorara de él, o algo así, lo cierto es que no he terminado de entenderlo, aunque tampoco he hecho mucho esfuerzo.

Que un personajillo del nivel de este chico se pasee por los platós de Telecinco y Antena 3 haciendo dinerito a cuenta de una historia tan friki como esta solo es comparable a los tiempos del tomate en que cualquiera con una historia escabrosa o surrealista que contar era capaz de rellenar minutos y minutos de televisión, sin que nadie se molestara en cuestionar su credibilidad y reproduciéndolos en los distintos programas de la cadena. Antes era sólo en Telecinco, ahora tenemos lo mismo en Antena 3, desde que este verano inauguraran Vaya Par, y más que veremos ahora que DEC muestra evidentes signos de agotamiento frente a Sálvame.

Todos estos programas son tal para cual y, si bien hay que reconocer que Vaya Par ha ganado en ritmo desde que Ximo Rovira ha tomado las riendas, no podemos dejar de ver en casi todas sus historias un patetismo que ya habíamos vivido antes y que creíamos desterrado de las parrillas. Nada más lejos de la realidad, la guerra por la audiencia en estos tiempos difíciles para las cadenas y el propio mal gusto de una sociedad que prefiere ver estas cosas a buenas series de televisión han logrado reproducir y extender lo peor de la parrilla por las distintas cadenas y a casi cualquier hora del día.