Mañana Antena 3 estrena El Secreto, un formato mezcla de reality y cámara oculta (aunque ellos se empeñen en anunciarlo precisamente alejando el concepto de esta idea) en el que un empresario adinerado se colará en casa de una familia necesitada para ayudarles, primero haciéndose pasar por un individuo corriente, para más tarde darles la sorpresa de que tiene mucho dinero y va a ayudarles con sus problemas (esta definición es, por supuesto, muy a grosso modo).
La cuestión es que el formato se parece mucho al de Esta casa era una ruina, un modelo de programa que busca ayudar a los necesitados y cuya particularidad es que se emite una vez al mes o cuando la cadena lo considera conveniente, rompiendo un sistema de programación habitual en el que los espectadores saben exactamente la frecuencia con la que se emitirán los programas que quiere ver y creando una cita permanente con ellos (salvo en casos de contraprogramación en los que algunas de las series y programas más importantes del prime time se mueven por la parrilla incesantemente en busca de los mejores resultados).
No solo Antena 3 está probando este sistema, Telecinco lo hace con su Diario de y Cuatro con 21 días, dos programas que tampoco tienen una cita fija con el espectador y que, sin embargo, se mantienen en parrilla y dan buenos resultados para la franja en que se emiten. A diferencia de Antena 3, Telecinco y Cuatro no arriesgan su prime time emitiendo estos programas de forma salpicada en la parrilla, quizá por el formato, más tipo documental y menos dirigido al corazón que los de Antena 3, algo que no suele dar buenos resultados en horario de máxima audiencia, donde se busca el entretenimiento, la sorpresa, la grandiosidad de un proyecto.
Una de las razones fundamentales que puede tener esta forma de emisión podría ser la necesidad de grabar durante semanas antes de tener el contenido disponible para producir el programa, especialmente en casos como el de 21 días. La solución sería tener varios programas grabados antes del estreno y lanzar con esa reserva de producto que se iría «gastando» a medida que se va produciendo más pero, en los tiempos de incertidumbre que vive la televisión, esto puede suponer un riesgo más que una ventaja, pues si el programa no funciona, los gastos de producción de proyectos grandes como Esta casa era una ruina, son irrecuperables. El riesgo, no lograr que el espectador sepa cuando se emite el programa, no saber comunicarlo suficientemente bien, molestar a los espectadores del programa habitual que se sustituye y, sobre todo, conseguir unos datos de audiencia que, aun siendo buenos, no logren crear una tendencia para esa franja, al tratarse únicamente de una emisión mensual.
Por lo que parece, estos inconvenientes no están desmoralizando a cadenas y equipos de producción, que ofrecen cada vez más programación de este tipo, saltándose las reglas convencionales de la televisión y aportando algo de frescura al panorama televisivo. Mañana se estrena la última apuesta en este sentido, a ver que tal funciona.
La programación no periódica. Buen nombre para lo que hace antena 3 con «Los hombres de Paco». Unas semanas lo echan, otras dos no, luego lo pasamos al jueves porque este miercoles hay copa de europa y hoy regresamos al tan manido miercoles. Definitivamente, lo mejor que podrían hacer es terminar las tramas y cerrar la serie porque con tanto cambio y el bajón de los guiones está tocada de muerte.