Ayer se estrenó la nueva edición de Operación Triunfo, la típica gala 0 que aburre muchísimo y se hace eterna, uno de los motivos por los que no pensaba verla con mucha atención, si acaso tenerla puesta como música de fondo. Sin embargo, la ausencia de Risto como miebro del jurado hacía que esta posibilidad fuera aun menos apetecible y lo que ya me terminó de rematar fue el anuncio, a última hora de la tarde, de la presencia de Ramoncín como miembro del jurado.
Algunos opinaban que la presencia de Ramoncín enfrentado a Risto podía ser una excelente arma promocional para el concurso, asumiendo que uno y otro cruzarían interesantes discusiones, pero yo insistía en que tal cosa no ocurriría porque Risto no iba a estar en el concurso. Pese a que a principios de semana la cadena intentaban promocionar el programa mediante la técnica del despiste ¿Estará Risto?¿No estará?, la publicación de unas declaraciones de Cruz y Mainat el mismo día antes del estreno de la gala donde afirmaban que «Risto, de momento, no estará» me tenían convencida de que el programa había perdido su mejor gancho.
Podéis imaginar entonces cual fue mi sorpresa cuando, bien entrada la noche, leo en Twitter una cita de Risto dirigida a uno de los potenciales concursantes. Cambio de canal y, efectivamente, allí estaba él, con sus gafas demodé y su cabeza rapada. Definitivamente, la peor campaña de marketing que se me ocurre.
Lo que más me molesta del asunto es pensar que las declaraciones de los protagonistas, presuntamente serios, de los programas de televisión ya no valen para nada. Que 24 horas antes del estreno del programa se diga que un determinado personaje no va a estar y se critique su actitud cuando al día siguiente le vemos aparecer por plató, por mucho que en las declaraciones se deje la puerta abierta a un posible regreso, es un tomadura de pelo. Aunque no sé de qué me sorprendo.
Mientras pasamos toda la mañana leyendo que el concursante de Pasapalabra se llevaba por fin el bote en un ejercicio de spoilers tan habitual como desagradable, la que de verdad era una motivación para engancharse al estreno de la noche, se mantenía oculta, en un intento de generar expectación completamente incoherente desde mi punto de vista.
Respecto a la audiencia, pues no sabría si decir que ha funcionado o que presenta síntomas de abandono, pues es el estreno más flojo de todas las ediciones de OT con un 22% de share, pero al mismo tiempo fue el triunfador de la noche, frente a la final de Fama y Los hombres de Paco, afectados seriamente por la ausencia de Hugo Silva, el número de temporadas en antena y la falta de continuidad provocada por la emisión de partidos de Champions.
Sobre la pajarita de Jesús Vazquez, os dejo a vosotros comentar, que a mí me da la risa y no tengo la creatividad de Risto para hacer un chiste.
La audiencia fue estupenda para los tiempos que corren (tanto de forma general -con tanta fragmentación- como local a t5 -que atraviesa malos momentos-). Y mas teniendo en cuenta que tenía enfrente a la final de Fama, y LHDP.
Otra vez parece que Vasile va a remontar este gran bache…
ahora Salvame se hará mas fuerte si OT triunfa… levantará nuevamente su tarde -que es el gran problema-… y eso mejorará todas las franjas.
SLQH está en plena y acelerada decadencia -aunque la audiencia aún se mantiene-. Y Fama 3.0… no se yo… va a ser un poco pesado.. no?
Lo que no llego a entender es 2 cosas:
– 1 ) que OT pueda tener éxito. (¿pero la gente no tiene memoria??)
– 2 ) que T5 sepa manejar a los bloggers a su antojo… ha vuelto a conseguir eco desmesurado mediante su típica treta.