La entrevista que la pasada semana Iñaki Gabilondo hacía al nuevo Ministro de Educación, hasta ese momento tan sólo su hermano, ha despertado algunas suspicacias entre los analistas televisivos, por considerar que el abuso de posición privilegiada y la forma en que el periodista y el ministro llevaron a cabo la entrevista restaban credibilidad a la cadena.
El asunto es complicado: por una parte se entiende que un periodista utilice todos los contactos de que disponga para dar la noticia mejor, antes o con el propio protagonista, y no hay mayor contacto para un informador que tener al protagonista en la familia. No aprovecharse de esta coyuntura podría parecer absurdo, máxime cuando no hay nada escabroso en la noticia y simplemente se trata de entrevistar a un nuevo cargo público. Desconozco si se debe a una cuestión de prioridades o a una simple falta de interés, pero no es habitual ver en las cadenas a los nuevos ministros dando una entrevista en el informativo, por lo que quizá sea aquí donde radique el quid de la cuestión.
Si lo habitual cuando se nombran nuevos ministros es que las cadenas soliciten formalmente entrevistarse con ellos y estos alegan estar muy ocupados con el nuevo cargo para no ir a las televisiones, parece feo que, por el hecho de que sea tu hermano el que te entrevista, hagas una excepción con un determinado canal de televisión, especialmente si este es privado en un país donde existe, aun, la televisión pública. Si por el contrario, son las propias televisiones las que no tienen interés en entrevistar a los nuevos cargos de la administración, no veo mayor inconveniente en que los Gabilondo se sienten a charlar frente a las cámaras.
El hecho de tener un ministro emparentado directamente con un periodista de alto nivel no supone una falta de credibilidad en este último a la hora de dar las noticias relacionadas con su negociado, más bien al contrario. Desde que fuera nombrado ministro de Educación, todos los españoles debemos saber que aquello que Gabilondo periodista diga de Gabilondo ministro está pasado por el filtro de la genética y es perfectamente normal que así sea. Lo importante es que sepamos que son hermanos y seamos conscientes, cuando se hable de algo relacionado con él, que existe esa relación y que por tanto el periodista procurará ser menos crítico que con otros personajes de su entorno. Siempre y cuando sepamos que la relación existe no debería haber mayor problema, puesto que este tipo de cuestiones son constantes en todos los medios y rara vez se nos explica cual es la relación que existe entre periodistas y entrevistados o analizados y ahí si que tenemos un problema. Cuando los códigos éticos se dejan a un lado para engañar o tergiversar sin explicar que existen un motivo más allá del propio acto periodístico, entonces si nos encontramos ante un problema pero, si desde un principio de deja ver que existe una relación personal y se remarca con gestos como besos fraternos o tuteos, parece evidente que nos encontramos ante un ejercicio periodístico con un gran disclaimer.
En Internet esto es algo que tenemos muy interiorizado. Desde casi el principio de los tiempos, cualquier anotación en un blog en la que se hable de algo relacionado con el autor, este acostumbra a avisar de su relación con la empresa o persona de la que se está hablando, para que conste que aquellas palabras que se dicen pueden estar tocadas por la relación personal, lo que no significa que exista una subjetividad obligada, en ocasiones puede incluso que se sea más crítico con una empresa o persona que conocemos intimamente al volvernos más exigentes con aquello que conocemos.
¿Debería inhibirse Gabilondo de todo aquello que tenga que ver con su hermano? ¿No debería haberle entrevistado porque tiene un acceso más directo a él a través de la comida familiar del domingo en lugar de teniendo que atravesar pesados trámites con el departamento de comunicación del ministerio? Personalmente no lo veo así salvo que, como indico antes, se de un trato de favor a la cadena que no se está dando a otras, principalmente a la pública.
«Siempre y cuando sepamos que la relación existe no debería haber mayor problema, puesto que este tipo de cuestiones son constantes en todos los medios y rara vez se nos explica cual es la relación que existe entre periodistas y entrevistados o analizados y ahí si que tenemos un problema.»
¡Olé! De acuerdo en todo.