adj. Riguroso, enérgico, radical, draconiano.
Esto es lo que dice la Real Academia de la Lengua que significa la palabra drástico, la misma que hace unos minutos ha aplicado el Presidente del Gobierno para referirse al recorte de la publicidad en TVE. Si bien en un principio y tras el desastre de comunicación de lo relacionado con la TDT de pago que experimentamos la pasada semana, no descarto que en un rato se emita un comunicado desmintiendo este dato, lo que es, sin duda, es una declaración de intenciones que habrá alegrado la mañana a los directivos de las cadenas privadas y habrá hecho pensar en la dimisión a Luis Fernández ante la posibilidad de temer que financiarse con tan solo los presupuestos generales del estado.
Como digo, no sabemos en qué consistirá el recorte y cómo pretenden afrontar el descenso, más drástico aun, de los ingresos de la cadena, pero se me ocurren unas cuantas opciones, a cual más complicada:
– Incrementar la dotación de los presupuestos generales destinada a la financiación de los canales: complicado en líneas generales y especialmente en los tiempos que corren en los que hay muchas cosas bastante más importantes en las que invertir.
– Decir a los gestores de El Ente, que ahora tienen que arreglárselas con mucho menos y que busquen la manera de organizarse con lo que tienen. Las productoras cobrarían menos por su trabajo, aunque creo que habría más de una y de dos dispuestas a rebajar sustancialmente su caché por la posibilidad de tener difusión a nivel nacional a través de TVE.
– Aplicar un canon a la inglesa: la más complicada de todas, incrementar los gastos de los ciudadanos en un momento como este para darles algo que tienen en otros tantos canales parece poco probable, hacerlo extensivo a la recepción de la televisión como un genérico, casi peor.
– Eliminar la televisión pública: es quizá la opción que muchos estarán pensando, por su falta de servicio publico y cantidad de millones que devora cada año. Yo no creo que sea en absoluto necesaria tal cual la tenemos pero, si se consigue hacer con ella un verdadero elemento de comunicación y difusión de todos aquellos contenidos que no tienen espacio en la televisión comercial, creo que podría tener un hueco.
¿Alguien se anima con otras opciones?
En Japón… la televisión pública.. la NHK… los contribuyentes tienen una casilla en su declaración de la renta sobre si quieren que una parte de sus impuestos vaya para sostenerla o no. (como aquí con la iglesia catolíca… pues allí con la «catódica»).
Eso sí… aquí ninguna medida valdrá.. porque a TVE no se le caen los anillos para al final de año anunciar que ha tenido 100 millones de euros en perdidas… a pesar de tener una partida presupuestaria abultadísima + los ingresos publicitarios de una cadena lider de audiencia.
¿para que va a servir darles menos dinero? ¿o que le limiten los ingresos por publicidad? ¿para que después en lugar de 100 millones en perdidas tengan 600 milllones?? Al final lo que no paguen los anunciantes va a salir de nuestro bolsillo.
Este pais no es serio.