Al final he dejado a un lado mi pataleta y, aprovechando la oferta de descuento que lo tenía 100 euros por debajo de su precio habitual, he pedido el i-Plus, ya está en casa.
No se puede negar que, ahora si, han sido rápidos. Llamé el viernes (bueno, utilicé este servico tan tonto que tienen que hace que suene una llamada automáticamente cuando pulsas un botón de «llámame»en su web) y el miércoles por la mañana ya estaba en casa. Ahora ya tengo 299 euros menos en la cuenta y una extraña sensación de que hay algo mal en la ecuación y son los propios proveedores del servicio quienes deberían financiar el coste del nuevo desco, puesto que son ellos los más interesados en que los usuarios quieran tenerlo para disfrutar de la televisión de otra manera y seguir soltando un pastizal todos los meses. Si antes me cobraban un poquito por el alquiler del viejo descodificador, no veo por qué ahora tengo que hacer yo el desembolso de una pasta para ver sus canales. Pero bueno, sus estrategias de marketing son las que son y ellos sabrán por qué las hacen y si están contentos con los resultados.
Pasando a la parte buena del asunto, creo que ya nunca veré la televisión igual y, sin duda, no volveré a usar otra sintonización de canales que no sea la del satélite. En apenas unas horas, la posibilidad de grabar, pausar y rebobinar se ha convertido en una necesidad irrenunciable y la cantidad de programas que puedo ver y he programado para ver se ha multiplicado exponencialmente, sobre todo con las películas, ese género olvidado para una teléfila como yo.
Esta experiencia ya la había vivido previamente con mi sintonizador TDT de InOut, pero el pobre estaba relegado a mi lugar habitual de vacaciones y servía más como videoclub donde almacenar los Bones y NipTucks que veía luego en maratón en vacaciones, que a una utilización real de sus funcionalidades. Además, ahora su sincroguía es de pago y he perdido la referencia del producto, sin la cual no consigo darme de alta en el servicio.
El i-Plus no deja de ser un ordenador a su manera, y por eso a veces también se cuelga, ayer lo conseguí tostar por la noche, mientras paseaba por la guía buscando cosas que grabar. Lo colgué de tal manera que no reaccionaba ante ningún botón, así que me vi obligada a desenchufarlo de la corriente durante unos segundos, mala cosa, espero que no se parezca al aparato sustituido, que se colgaba al menos una vez a la semana.
He descubierto además que puedo programar las grabaciones de un mismo programa todas las semana, o todos los días, uno de los principales defectos que le encontraba al servicio de grabado anterior, que creo que no contemplaba esta posibilidad, así que ahora no tengo excusa para no seguir algunas de las series que me gustaría ver pero que he decidido no acumular en el ordenador (ahora las acumularé en el descodificador).
Respecto al HD, bueno, teniendo en cuenta que solo hay tres canales que emiten en esta modalidad y que de ellos solo tengo uno en mi paquete de programación, creo que por ahora no lo voy a disfrutar demasiado.
Y por ahora esto es todo desde mi sofá, si desubro alguna cuestión que merezca la pena ser reseñada, ya os contaré.
Hace mucho tiempo que deje de ver la tele en directo, ahora es cuando te conviertes en tu propio programador.