Parece evidente que algunos personajes televisivos están metidos con calzador en los programas en los que intervienen, bien sea por su condición de mediáticos, por su belleza o por simple enchufe. Algunos de estos personajes no tienen dignidad alguna y se dejan comprar por un puñado de euros, todo sea por seguir saliendo en la tele y no perder las prebendas que esto ofrece a muchos de los colaboradores que pululan por programas y canales. Otros de estos personajes sin embargo, se me antojan personas respetables y muy honorables, cuyo único interés es labrarse una carrera en el medio, aprovechando las posibilidades que se le ofrecen. Sin embargo, la tiranía de la audiencia y la consecuente inestabilidad de las parrillas puede hacer que profesionales no del todo adaptados al medio cometan errores graves que les lleven a perder credibilidad, o simplemente a perder el tiempo, y es en estos casos cuando uno debe pararse a pensar si lo que le están ofereciendo merece verdaderamente la pena como línea en el curriculum o va a suponer un perjuicio más que un empujoncito en su carrera profesional.
Uno de los ejemplos más claros y recientes es el de Almudena Cid, excelente gimnasta, conocida por su buen hacer y por haber pasado por cuatro olimpiadas consecutivas, una marca difícilmente superable, bella por fuera y posiblemente con talento por explotar en televisión. Almudena Cid se «jubiló» de la gimnasia activa en las pasadas olimpíadas de Pekín y desde entonces ha querido hacer carrera en televisión. A nadie se le escapa que tener un novio conocido en el sector por ser presentador de éxito es ya una llave para abrir la puerta de la profesión y me parece excelente que así lo haga. En cualquier trabajo, tener un buen padrino puede ser la diferencia entre pasar el corte o no pasarlo, tener una oportunidad o ser uno más y, aunque pueda ser injusto para muchos otros profesionales con la misma o mayor valía, sería absurdo pedirle a quién tiene un contacto en la oficina que no aproveche para recomendarte al jefe cuando estás buscando trabajo.
El problema surje cuando, después de conseguir meter la cabeza en la televisión, los proyectos que te ofrecen son inadecuados, de poco valor o incluso rayando en el absurdo. No es lo mismo que te contraten para Circus, un encaje excelente en una escuela de talentos, que para El Hormiguero, donde todo lo que te piden es que coloques soles y nubes en un gran mapa de España a modo de parte metereológico, eso sí, la colocación de dichos elementos la hacía con los pies y demostrando gran flexibilidad. Pero ¿en qué convierte esto a Almudena? En mi personal opinión, en una friki con flexibilidad. Su presencia no aportaba gran cosa, apenas se la ha visto en el programa y parece que esté contratada por la productora pero nadie sepa muy bien qué hacer con ella.
Ahora se nos anuncia que estará en el nuevo programa de Telecinco Guerra de Sesos, presentado por Jesús Vazquez y previsiblemente programado en las sobremesas de la cadena. Su labor no sabemos muy bien en qué consistirá, pero este programa huele a reproducción de aquel horror que ya pudimos ver un verano en la misma cadena, dedicado a enfrentar a guapos contra listos. Me da pena por Almudena, que me parece una persona profesional y que solo busca encontrar una nueva línea de trabajo, algo muy complicado en niñas que han dedicado su vida a una profesión que acaba de repente cuando aún son muy jóvenes y donde no han ganado el dinero necesario para vivir de rentas, como puede ser el caso de otro tipo de profesionales del deporte. Pese a ello, debería elegir muy bien sus proyectos, no solo por su propio desarrollo profesional, sino también por ser capaz de quitarse la carga de ser «novia de» que desde el principio la persigue.
No puedo estar más en desacuerdo contigo… anda que no hay «frikis» en TV como para pararse en Almudena…
La conozco y te puedo asegurar que ha dedicado su vida a la gimnasia con un nivel de profesionalidad difícilmente imaginable. Ahora comienza una nueva vida y … qué quieres que te diga… todos hemos empezado haciendo fotocopias, o trabajos de poco valor. Almudena tiene la suficiente humildad como para aceptar que comienza de 0 en un mundo nuevo y que habrá cosas que le gusten más y otras menos, pero insisto…. no creo que hasta ahora haya hecho nada que merezca crítica o compasión. Aunque esto es sólo mi opinión claro no la tuya… Gracias por tu Blog.