En este caso menciono Dollhouse, que logra aumentar sus datos en un 30% pero solo como ejemplo de lo que es una buena medición de audiencias, o al menos, una mejor que la basada únicamente en audímetros. Ocurre también con otras series como Terminator: The Sarah Connor Cronicles, que logra mejorar sus datos un 36%, Privileged (33%) o 90210 (29%), según cuentan en Pizquita.
Es lo que hacen en EE.UU., donde suman la audiencia medida de forma tradicional a la que representan aquellos que han grabado esos mismos programas en sus PVR. Algunos también tienen en cuenta la venta de episodios en la red y, aunque aparentemente no se hace, yo creo que todos los directivos empiezan a echar un atento vistazo a esas listas de lo más descargado cada semana en el P2P. A todo esto hay que incluir también la puesta a disposición por parte de las cadenas de los episodios de sus series en sus propias páginas web, que sin duda también suma.
Ante tanta posibilidad distinta de ver un episodio concreto de una serie, se impone urgentemente un nuevo sistema de medición, sobre todo porque todos estos consumos no pueden sumarse sin más, dado que un mismo individuo puede ver el episodio de estreno en televisión, repasarlo al día siguiente en la web de la cadena y, encantado con el resultado final, comprarlo en i-Tunes o descargárselo en el P2P.
Uno de los verdaderos retos de la televisión en estos nuevos tiempos es entender los datos de audiencia, saber realmente cuanta gente está viendo los programas y cuales son sus características. Un error en la medición de estos datos, cada vez más complejos, puede estar costando una fortuna a los canales y no es momento de equivocarase.
El otro gran reto de los nuevos tiempos televisivos es la capacdad de convertir en dinero todos esos visionados que no se producen de la forma tradicional, sabiendo como llevar las marcas (blancas o no) a los espectadores de una forma respetuosa, poco intrusiva y que haga a las empresas merecedoras del respeto de sus clientes.
No me canso de decirlo: que tiempos más divertidos para estar en el sector.
En el caso de Dollhouse es significativo porque la Fox no sólo emite la serie sino que también participa en la producción (por eso ha metido tanta mano) así que las ventas en todas las plataformas le repercuten directamente. Para medir las audiencias ya no sólo pueden tener en cuenta los audímetros, si no también las ventas VoD en iTunes o Amazon, el número de visionados en Hulu, en la web de la cadena y la gente que lo graba en los DVR y ve el programa al día siguiente o durante la semana. Con tantas opciones que tiene el espectador para elegir cómo y cuando ver los programas, no pueden seguir rigiendo sus decisiones en términos de medición por audímetros.
Interesante tu planteamiento sobre las diferentes formas de consumo de un mismo producto por el usuario.