Si Vasile arremetía hace unos días contra TVE por lo que considera la eterna cuestión de la competencia desleal, no sé qué pensará de las últimas declaraciones del Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ayer en el programa Els Matins de TV3, donde según parece, afirmó que programas como Gran Hermano deberían estar prohibidos por premiar a aquellos que no hacen nada.
No seré yo quién salga ahora a defender Gran Hermano, que ya lo hace estupendamente Mercedes Milá, pero si es cierto que si la vara de medir qué programas deberían ser prohibidos por premiar a quienes no hacen nada, Gran Hermano no estaría, ni mucho menos, en la cabeza de la lista. Para empezar habría que eliminar todos los concursos telefónicos, pues entiendo que responder a una pregunta facilona no es esfuerzo alguno y mucho menos enviar cartas, correos electrónicos o SMS que no se pueden aceptar como esfuerzo. Para seguir, tendríamos que eliminar también todos los programas basados en pagar a famosos para que cuenten sus vidas, puesto que relatar lo que te ha pasado en los últimos días no supone mayor esfuerzo del que haces con tus amiguetes en el bar. Podríamos seguir incluso con algunos programas informativos, donde el presentador no hace mayor esfuerzo que el de leer un prompter, aunque claro, para eso hace falta saber leer y eso ya tiene premio.
Si el Ministro está tan preocupado por las formas en que se gana dinero en televisión, mejor haría en pensar de qué manera eliminar los concursos nocturnos que hay en todas las cadenas donde, no sólo no se prima el esfuerzo, sino que directamente se tima al ciudadano con promesas de grandes ingresos sólo comparables a los recibos de teléfono que les llegarán al mes siguiente.
Sólo un matiz. Es «Els matins» de TV3, en catalán, y no «Les Matins» en francés.