Cuando uno es responsable de una cadena de televisión sabe de la importancia de la imagen del canal. Algunos no tienen inconveniente en tener una mala imagen si eso les reporta buenas audiencias y por tanto pingües beneficios, los hay que luchan contra los malos resultados por mantener una imagen decorosa y elitista y hay quién aun no saben que imagen tiene ni la que quiere dar.

Una vez que esta imagen está claramente definida y ha calado en el espectador, hay muchas cosas que un canal de televisión puede hacer que, inevitablemente, se verán con otros ojos que si fueran producto del canal competidor. Y eso puede ser una ventaja o un inconveniente, dependiendo de lo que se pretenda conseguir, tanto con la acción concreta como con la imagen del canal.

Toda esta reflexión un tanto abstracta viene a cuento del concurso de Cuatro Granjero busca esposa, concurso, reality, obra de caridad o puro entretenimeinto, como le queramos llamar. La base del programa no es otra que un montón de mujeres puestas en fila para ser elegidas por el granjero de turno como posible media naranja. Todas vendiendo sus mejores virtudes y poniéndose monísimas para el granjero elector, para lograr ser una de las dos candidatas finales a tirarse de los pelos en la granja durante 10 días.

¿De qué me suena este planteamiento? Ah, sí, de un programa parecido que hay en Telecinco y que lleva por nombre Mujeres y Hombres y Viceversa, donde un montón de chicas luchan por la atención de un maromo, cita tras cita, para lograr ser la elegida, no sin antes tirarse de los pelos por el camino y ponerse verdes programa tras programa.

¿Cual es la diferencia entre ambos formatos? ¿Que unos son aspirantes a famosos y otros parece que si son gente de verdad? ¿Que unos aspiran a ir de punta en blanco y ser la pareja más chic de la tele y otros a ponerse las botas de agua y pasear entre cerdos y vacas? Desengañémonos, estamos ante dos programas cortados por el mismo patrón, la diferencia radica en la imagen que el canal donde se emiten ha conseguido y que logra transformar dos espacios de ligoteo en desdeñable programación de relleno para las tardes o entretenido reality para el prime time según quien lo emita.