Que tengan montones de series de éxito y una fantástica «atención al cliente» no quiere decir que los americanos sean perfectos en materia televisiva, ni mucho menos. Empresas como son, «condenadas» a ser rentables, las audiencias también son para ellos motivo de preocupación y de cortes de cabeza repentinos, traducidos básicamente en cancelaciones de series sin mucho aviso previo, series que se emiten (o no) antes de tener un final cerrado para sus tramas y que pocas veces los guionistas tienen tiempo de arreglar para darles un final digno.

Sean como sean las audiencias de las serie en EE.UU., un país tan grande supone que series emitidas en prime time en cadenas de cobertura nacional sean series con muchos millones de espectadores, por poco éxito que tengan. Aparte de esta audiencia, están los críticos televisivos y las comunidades que se crean alrededor de las serie, mucha gente pidiendo que el tiempo que han invertido semana tras semana en un producto no se de por perdido por una mera decisión empresarial.

Y así es como nos encontramos cada vez con más frecuencia con rumores de posibles películas destinadas a cerrar las tramas de alguna serie prematuramente cancelada: Veronica Mars, Jericho, Pushing Daisies… incluso se empieza a hablar de una película de 24 cuando aun la serie no ha empezado a peligrar en la parrilla.

Parece un poco extraño pensar que un producto en crisis en televisión puede ser un éxito en un formato que la industria no para de afirmar que está también en crisis. ¿Será esta la manera de conseguir que dos negativos se conviertan en un positivo?