True Blood, una de las series que más ha tardado en calar en el público español tiene, entre sus virtudes, una cabecera espectacular que muestra el trasfondo que alberga la serie: la dificultad de integrarse de las minorías, las controvertidas costumbres religiosas de algunos grupos temerosos del vudú en la zona sureña de Nueva Orleans, el tratamiento de la sangre y algo que no había logrado captar antes de ver los brutos, las relaciones sexuales.
Todo ello se aprecia de forma excelente en este vídeo, con un montaje de las imágenes mucho más lento y completo que el definitivo de la cabecera.
Vía PL Segovia
Visualmente, es otra de esas joyas audiovisuales como la cabecera de Dexter