En los tiempos que corren, con la crisis que tenemos encima en cualquier lugar del mundo, anunciarse en un medio tan caro como la televisión es un privilegio reservado a aquellos con mejor salud, y hacerlo en la Superbowl un lujo que muy pocos pueden afrontar.
Sin embargo, este año un publicitario ha estado listo y ha conseguido que le vendan un slot de 30 segundos de la Superbowl, al precio de mercado de 3 millones de dólares, para que lleve a cabo una experiencia completamente nueva: la inclusión en este spot de hasta ocho marcas comerciales al mismo tiempo, garantizando un menor precio para cada una y presencia a lo largo de toda la duración del comercial, en una iniciativa que puede convertirse en todo un éxito de comunicación por lo novedosa y la viralidad que puede conseguir con ello, incluso después de su emisión en el evento más visto de la televisión norteamericana.
Algo en este estilo he visto también en España, relacionado en este caso con las campanadas navideñas y el tradicional primer anuncio que sigue a este evento, anuncio que, si la agencia de publicidad La Despensa logra su objetivo, será el primer anuncio financiado por particulares y sin marca comercial detrás, tan solo un optimista deseo para el nuevo año; y de paso otra exitosa campaña viral.