Hubo un tiempo en que salir en televisión era una señal de status: sus presentadores, sus actores y sus invitados eran personajes de cierta categoría o gran presencia, que aparecían frente a la pantalla para ilustrar al pueblo con su sabiduría, entretenerle con su saber hacer o simplemente acompañarle con su presencia. Es por ello que salir en televisión, aunque fuera brevemente, otorgaba un signo de clase.
Hoy en día las cosas han cambiado mucho y salir en televisión ya no es sinónimo de nada, al menos de nada bueno. Cualquiera con un mínimo de caradura puede hacerlo y son tantas las cadenas y horas de directo que hay que rellenar, que la búsqueda de candidatos para ocupar las pantallas se reduce a abrir la puerta de plató y pillar por banda al primero que pasa, o al menos esa es la sensación que como espectadores tenemos a veces.
Y es que las televisiones cada vez cuidan menos quienes son sus invitados y personajes representativos y lo mismo nos encontramos a Terelu Campos bailando en TVE1 que colaborando en Telecinco, convirtiéndola en comodín para huecos vacíos de cualquier cadena que esté dispuesta a pagar el módico precio de la Campos Jr. Esto es sólo un ejemplo fácil pero demuestra como han cambiado las cosas de un tiempo a esta parte, un tiempo en que la presencia de un determinado presentador en una cadena ya le convertía casi en imagen de la misma, sin necesidad de pagar costosos contratos de exclusividad, que también, en casos de grandes estrellas.
Pero la cosa no acaba ahí. Si los presentadores saltan de un programa a otro y de una cadena a la de al lado, lo de los concursantes es mucho peor y nos encontramos con los mismos individuos no ya como colaboradores de un programa después de haber pasado por algún que otro reality, sino como concursantes en serie de uno y otro concurso presuntamente objetivos, donde nada está guionizado y todo se deja a la espontaneidad de los concursantes. Programas como Ven a cenar conmigo de Antena 3, Gran Hermano o Mujeres, Hombres y Viceversa de Telecinco, comparten el honor de tener a German como protagonista y al mismo tiempo intentan hacer ver al espectador que él también puede participar, porque son concursos abiertos a cualquiera y donde todo lo que ocurre es verdad… con profesionales de estas características como concursantes poca credibilidad le queda al concurso y parece evidente que prima la audiencia por encima de todo ¡vaya, me caí del guindo! Algún lector habitual estará contento.
tendrá el tipo este candidatas en Hombres,Mujeres y viceversa? Hay que echarle valor….