La que tienen liada los de UTECA con TVE a cuenta del informe en el que acusan a la cadena pública de competencia desleal y de ser cualquier cosa menos un servicio público. TVE por supuesto se defiende y, entre unos análisis y otros, Gonzalo disecciona las posiciones en esta entrada que merece la pena leer para entender la postura de UTECA, o al menos en qué se basan para hacer su crítica y que fallos tiene su argumentación.
El debate sobre la doble financiación de las televisiones públicas empieza a ser cansino. Las cosas cada vez se ponen peor en el mercado publicitario y las cadenas privadas están metidas en una campaña de desgaste y martilleo del asunto que seguramente acabará por dar resultados, en uno u otro sentido, pero que debería hacer recapacitar a los responsables del sector para que, de una vez por todas, se sentaran y tomaran cartas en un asunto que se despierta cada vez que los actores privados se ven amenzados y que no debería dejarse en el aire por más tiempo. Estas posibles soluciones incluyen el decir en voz alta desde el gobierno que nada va a cambiar en la televisión pública y en su forma de financiación, aunque solo sea para que todo el mundo se calle ya (aunque en realidad esto solo nos garantizaría unos pocos años de paz, hasta que hubiera un cambio de gobierno y todos empezaran a dar la matraca otra vez).
Pero volvamos sobre el planteamiento central de las protestas de UTECA: el valor de TVE como servicio público. Ya hemos comentado alguna vez aquí que no parecía realmente que se estuviera cumpliendo esta función, al menos no en la totalidad de las emisiones de la cadena, si bien muchos de los programas que por ella pasan pueden ser considerados como tal. Llevando el concepto al mayor de los extremos, cabría considerar la posibilidad de que TVE no compitiera con las privadas por ninguno de sus productos, emitiendo única y exclusivamente aquellos que han sido producidos para su emisión en la cadena pública, ya sean programas de actualidad, series o incluso realities, fomentando así el trabajo en el sector audiovisual y la creatividad entre sus miembros. Nada de retransmisiones deportivas si hay una cadena privada interesada en comprar, nada de películas de estreno o series extranjeras, solo productos elaborados específicamente para TVE. ¿En este caso si estaríamos hablando de servicio público? Me parece a mí que sí pero claro, del mismo modo que yo tengo esta ideita, habrá montones de personas con su particular idea de lo que es o no es servicio público ¿como establecer una verdadera distinción? ¿hay que volver a llamar al equipo de sabios?
No, no, los sabios no, por favor.
Si es cansino, nos vamos a hartar. Porque va a ser la batalla de las teles para la nueva ley. Buscarán que RTVE se regule (cosa que está haciendo ya, de modo explícto – reducción de minutos de publi – y seguramente también de modo implícito: algunas mentes gubernamentales trabajan por un modelo mucho menos comercial que el actual, pero no se sabe nunca, al final, quién tiene más influencia.
Pero la verdadera guerra va a estar en las autonomías… ese tema es políticamente una verdadera trampa y no veo yo a un gobierno en minoría parlamantaria diciéndole a TV3 que su déficit pagaría la sanidad catalana, como les dijo Alfonso Guerra.
Esto no ha hecho más que empezar.