¿Vale cualquier cosa para remover la conciencia ciudadana y hacer ruido en pos del bien? Supongo que habrá opiniones para todos los gustos y la mía respecto de la iniciativa de Luis Piedrahita de subastar su vesícula no es del todo positiva. Y es que el colaborador de El Hormiguero acaba de sufrir una intervención quirúrgica por la que se le ha extraido la vesícula y, en lugar de mandarla destruir, como hace todo el mundo, no ha tenido otra idea mejor que meterla en un bote de formol y subastarla en el programa para recaudar fondos para la investigación del Síndrome de West, una rara enfermedad infantil de poco presupuesto para la investigación.
La idea me parece muy loable y por eso le hago publicidad pero ¿era necesario hacer algo tan asquerosillo como subastar una vesícula? Es más ¿hay gente tan pirada como para pujar por la vesícula de un colaborador televisivo que ni siquiera es una gran estrella? Porque tampoco entendería que la gente pujara por la vesícula de Miguel Angel Silvestre, pero si imagino a cientos de adolescentes taradas qureriendo hacerse con ella.
En fin, todo sea por una buena causa.
Hombre, mi fanatismo por Luispi es muy diferente al que le puedo deciar al Duque (aunque reconozco que una vez soñé que me encontraba con él en un centro comercial… qué lástima me doy a veces). Seguramente no pujaría por la vesícula de ninguno de los dos y casi pagaría por no tener ni que verla, pero oye, la idea está ahí, y si alguien la apoya supongo que habrá merecido la pena. Aunque si subastase sus famosas gafas seguramente tendría mucho más éxito.