Que la televisión está en crisis no es un secreto, tanto en España como fuera de nuestras fronteras el modelo televisivo clásico se ha visto afectado por una serie de cambios que han sobrevenido de forma muy rápida y que han sido acogidos por el público especialmente bien, haciendo que se tambaleen los cimientos de un sector que estaba tan bien anclado desde los años 50, que no se había preocupado de innovar o adaptarse y que empezaba a sufrir síntomas de desgaste por exceso de actores en el mercado compitiendo por una misma bolsa de ingresos.
Las posibilidades que las nuevas tecnologías han dado a los usuarios para conformar sus propias parrillas al margen de las cadenas han destapado la necesidad de crear una nueva ventana de explotación comercial hasta ahora inexplorada, una ventana que por minoritaria las cadenas habían deshechado y ni siquiera se habían planteado sacar al mercado en modallidad de pago por visión al no considerar que el público tuviera interés por ellas, pues tradicionalmente han sido las cadenas las que han marcado el calendario y así debía ser.
Ahora que la realidad les ha convencido de que el público sí que está interesado en esos productos, de que sí existe realmente un mercado de explotación para esa nueva ventana que podría ser muy rentable y hacer ganar dinero a las cadenas y distribuidoras, los consumidores a los que va dirigido el producto están acostumbrados ya a disfrutar de ese mismo producto de forma rápida y gratuita y el trabajo de difusión y promoción de la oferta ya no es el mismo: ya no basta con mostrar a nuestro target que puede ver las series un par de días después de su estreno americano a un módico precio y con todas las garantías de calidad, en VO y con subtítulos, algo que hace apenas un par de años habría sido un bombazo; ahora a ese esfuerzo hay que sumar el de intentar convencerles de que dejen de disfrutar de eso mismo que ya tienen de forma gratuita y pasen a pagar por ello, un complicada tarea que en momentos de crisis económica será aun más difícil de lograr.
¿Llega tarde la oferta de FOX? ¿Está su target entre los que se descargan ya las serie o entre aquellos que aun no se han planteado hacerlo o no saben cómo? ¿Darán datos del éxito o fracaso de esta iniciativa?