Como todos los aficionados al tenis sabrán ya, el partido de semifinales del US Open que jugaba Nadal el sábado hubo de ser suspendido por la lluvia y retomado el domingo, en principio a las diez de la noche hora española. Minutos antes de esa hora, la redaccción de deportes de Cuatro, con Manu Carreño y Nico Abad a la cabeza, se disponía a comenzar la retransmisión del resto del partido sólo para comprobar que los jugadores ni siquiera habían salido a pelotear.
Al cabo de un tiempo de retraso sobre la hora prevista y de informar en repetidas ocasiones de la poca seriedad de los norteamericanos en cuanto a puntualidad, resultó que el motivo por el que el inicio del partido se retrasaba no era otro que la necesidad de la CBS, cadena que retransmite el US Open en EE.UU., de terminar de emitir el partido de la NFL que se estaba jugando para poder dar paso al tenis.
Los comentaristas de Cuatro se mostraron bastante molestos con este hecho, alegando que la CBS no es la única cadena que emite la competición, de marcado interés internacional, y que con esta decisión mantenían a numerosas cadenas a la espera de que ellos terminaran de emitir su programa para dar comienzo a una competición que no debería acomodarse a los intereses particulares de una sola cadena.
Si bien es cierto que no es una sola cadena la que retransmite los partidos, de tenis o de cualquier competición deportiva que tenga relevancia internacional, son siempre las cadenas de televisión las que en última instancia sustentan esos encuentros, con la exposición que dan a sus deportistas, a sus clubs, a las marcas que se anuncian en vallas y prendas deportivas y, a veces, es importante e incluso necesario plegarse a sus necesidades, especialmente en casos de excepción como el que nos ocupa, donde una inclemencia del tiempo ha cambiado la programación de los partidos y por extensión la de la parrilla televisiva.
Aparte de el peso económico que las cadenas de televisión tienen como sustento de muchas competiciones deportivas, en este caso la CBS está además intentando ofrecer a sus telespectadores dos competiciones deportivas completas, la del partido de la NFL hasta el final y el partido de tenis desde el principio: empezar a la hora en punto el tenis solo serviría para que una de las dos retransmisiones se viera cortada y los únicos perjudicados serían los espectadores americanos que están en su casa. Con el retraso nadie pierde y las cadenas internacionales solo tienen que ajustar sus parrillas a la nueva hora de comienzo del partido, algo que ya de por si tendrán que hacer como consecuencia de la lluvia. En mi caso, no tengo nada que objetar, no me importa esperar aunque yo no esté ganando nada, sé que al otro lado del mundo hay un espectador como yo que está disfrutando de una gran tarde de deporte televisado y me alegro por el.
me uno a tu declaración, hasta que me provoque molestias a mí en particular XDDDD, entonces pondré el grito en el cielo XDDDD