Ayer Telecinco la daba la oportunidad a dos programas completamente diferentes: por un lado, ofrecía Valanota, un nuevo concurso a mediodía, en la franja que habitualmente ocupa un Karlos Arguiñano al que nuevamente vuelven a cambiar de horario. Aprovechando el éxito que Al pie de la letra ha tenido en Antena 3, Telecinco decide ofrecernos su versión de concurso musical y ficha a Oscar Martinez, uno de los presentadores más simpaticones de la cadena para un producto que desgraciadamente resulta monótono, carente de ritmo y con todas las connotaciones negativas de una mala orquesta de feria y ninguna de las positivas que, puestos a buscarlas, incluso las tiene. Ese soniquete a politono de movil gratuito, a canción de ascensor, matan cualquier posible gracia que el concurso hubiera podido tener y sin embargo, la audiencia no les ha ido nada bien, al menos en su primer día.

Sin embargo, la noche fue mucho mejor. Tras el episodio habitual de CSI Las Vegas, el estreno de Life, anunciado de forma pesadísima en lo que ya se ha convertido en habitual, una promomosca durante gran parte del día, cualquier cosa menos discreta. La serie, encaja a la perfección con su predecesora en la parrilla: asesinatos, investigación policial, con elementos específicos de la historia que la hacen novedosa, como que el protagonista sea multimillonario por culpa de un error judicial que le ha tenido en la carcel durante doce años por un crimen que no cometió, doce años que ha invertido en el estudio de la filosofía Zen y que le han hecho un hombre diferente, despegado de lo material e incapaz de mostrar irritabilidad, odio o ansia de venganza, imperscindible si quiere volver a ser un buen policía. Las bases sobre las que se sustenta la historia son prometedoras y los puntos de humor que da la evolución de la tecnología en doce años, aportan un motivo más para seguirla, sin duda yo me quedaré a verla un par de semanas más y creo que no seré la única, su estreno ha sido sensacional.