Que Heineken, marca que desde un principio ha apoyado a la factoría El Terrat con su patrocinio del programa de Buenafuente (error, como bien puntualizan en los comentarios, he confundido Heineken con San Miguel, se nota que no soy cervecera), haya solicitado la retirada de sus spots del programa Salvados por la iglesia tras las numerosas quejas recibidas sobre el tratamiento que el programa daba a la institución católica, puede considerarse un retraso en la sociedad española y en nuestras formas de aceptar las bromas a determinadas instituciones, hasta ahora intocables. Ciertamente no lo sé, porque no he visto el programa y por tanto desconozco si los católicos tienen motivos para sentirse ofendidos o si esto es una exageración como tantas otras que en este caso sólo consigue hacer más publicidad a un programa que de otro modo pasaría más bien desapercibido por el simple hecho de ser un programa especial y emitirse en una cadena aun de baja audiencia. En cualquier caso, en su derecho está también Heineken de evaluar la situación y considerar que le compensa retirar la campaña y posicionarse como una marca que escucha a sus clientes.
Iniciativas parecidas se han intentado hacer con la serie Física y Química, contra la cual han arremetido toda la temporada numerosos grupos de padres que afirman que esa no es la juventud que habita los institutos, que eso no es lo que debe mostrar una serie de ficción dirigida al público juvenil y que para la segunda temporada llaman a la movilización y boicot contra los productos que se anuncian en dicha serie. Por el momento ninguna marca se ha pronunciado al respecto, pero es evidente que la repercusión del movimiento de Heineken puede afectar a este otro caso, en uno u otro sentido, pues un está por ver cómo afecta a la cerveza su retirada.
Aunque en uno y otro caso me parecen actitudes algo exageradas, creo que se ejerce el derecho como espectador a protestar por lo que uno considera inadecuado. En realidad las televisiones actuan de intermediarios entre las marcas, que quieren vender su producto, y los espectadores y cuando se llega a un punto en el que las primeras no reaccionan ya a las protestas y llamadas de atención del público, este debe optar por recurrr directamente al anunciante para mostrar su desacuerdo con lo que está viendo… acertado o no en sus opiniones como espectador, el uno y en sus decisiones como anunciante, el otro, lo fundamental es este posible cambio que se empieza a dar entre los actores del sector que empiezan a plantearse quitar al intermediario y empezar a hablar de tú a tú.
No se por qué dices que es un atraso la decisión de Heineken. Al revés, la empresa, si es que es cierto, actua escuchando a sus clientes. Me parece perfecto. Te invito a ver el programa de lasexta y juzgar por ti misma.
NO esta bien reirse tan abiertamente de la religiosidad, ni la cristiana ni ninguna.