Otro capítulo más de mi presencia en el Festival de Islantilla: el homenaje a Jaime de Armiñán, un clásico del audiovisual en nuestro país que nos ha dejado títulos tan representativos de la televisión como Suspiros de España (guionista) o Juncal (guionista y director) y del cine como El Nido, por destacar solo unas pocas de sus más famosas obras. Y con 81 años, Don Jaime aun tiene fuerza y ganas y estrena este año su última película 14, Fabian Road.
Jaime de Armiñán se ha alojado estos días en el mismo hotel que los ídolos de quinceañeras protagonistas de Sin tetas no hay paraiso, El Internado o Los hombres de Paco y, evidentemente, poco sabían ellas que este tipo de guapos actores beben los vientos por trabajar con gente como Armiñán, que esas historias que siguen con pasión son fruto del trabajo de mucha gente, algunos de los más importantes aquellos que no se ven. Daba pena escuchar a las niñas preguntar, el día del homenaje, por los famosos y poner cara de decepción al ser informadas de que el homenajeado del día era Don Jaime, y no por ser mayor y no tener en cartel productos destinados a este target (del que seguramente pase olímpicamente y no tenga inconveniente en admitirlo con su sincero caracter), sino por mera falta de interés en las obras audiovisuales como tales, más allá de un momento para la emoción y la creación de un héroe.