Lo cuenta Gonzalo en una entrada: la relación de las televisión con la publicidad es una olla a presión a punto de estallar en la que nadie está contento. Los movimientos en todos los sentidos que se vienen experimentando estos últimos días responden a problemas de fondo que se arrastran de hace años pero que, con la irrupción de las nuevas formas de consumir entretenimiento, se han hecho más evidentes y la industria se ha echado a temblar.
Que las formas tradicionales de emitir anuncios son cada día menos efectivas es un hecho irrefutable, que las cadenas sin embargo no rebajan sus precios es algo que nadie entiende y los anunciantes están a punto de decir basta. Pagar cada día más por un producto que cada vez es menos eficiente no parece tener sentido pero, hasta ahora no había otra manera de llegar al consumidor de forma masiva y, tanto agencias como marcas, iban tragando. Ahora que Internet empieza a escribirse con mayúsculas de verdad, la cosa cambia y comprendemos por qué tanta insistencia por parte de las cadenas en decir en todo foro que se precie eso de que «medir las audiencias en Internet es muy difícil e impreciso».
A eso se le llama ver las orejas al lobo sin estar aun preparado con la escopeta, algo que todas las cadenas de televisión de este país están sufriendo, una situación que están dejando que se extienda en el tiempo, como diría Noemí Galera «apropositamente», sin querer invertir en la escopeta.
Creo que este es un tema muy interesante. De como va a cambiar la cadena de valor de la industria publicitaria, igual que lo ha hecho la de la música y lo está haciendo la del cine. La tecnología ha cambiado drásticamente los hábitos de consumo de medios y por tanto la economía de la atención. Pero los que se forran con el sistema actual no se quieren dar cuenta. Te suena? 🙂
Si te interesa el tema, tengo una entrada sobre ello, que también me ha inspirado Gonzalo.
http://www.lacoctelera.com/pvrs