Cuatro estrenaba ayer su nuevo reality Fama, a bailar (aunque bien podrían haberle llamado Un paso adelante en honor a la serie, porque no dejan de repetir la famosa frase) una versión bailona de Operación Triunfo donde varias chicos se juegan una importante beca en una escuela de baile compitiendo por parejas en una entrega más de este tipo de programas. La diferencia básica con otros del estilo es la ubicación de su emisión, destinada a la franja de sobremesa, en una apuesta poco común y demostrando una aparente poca confianza en el programa, que sin embargo choca con lo que parecen haber gastado en producción, pues la casa donde están los bailarines no es en absoluto cutre, tener a Paula Vazquez de presentadora no debe ser barato y pagar a un equipo que mantenga el canal 24 horas, por muy tonta que sea la emisión, es un capital.
Pero precisamente del canal 24 horas quería hablar y es que hace un rato estaba curioseando lo que hacían los bailarines en la casa y me he encontrado la típica charla de la directora (aquí la llaman jefa de estudios) al personal, diciéndoles que deben dormir más, que hay que apagar las luces tempranito, vamos la misma historia de todos los reality de profesionales que hasta hoy se han visto. Después del turno de reprimenda ha venido el de ruegos y preguntas de los alumnos y ha sido aquí cuando estos han empezado muy tranquilitos pidiendo tila para descansar mejor, pero la cosa ha ido creciendo y han empezado a decir que en la nevera de la casa no había nada de comer, que no tenían para beber nada más que agua y que el jacuzzi se les llenaba por la mañana pero no se mantenía activo durante el día, con lo cual por la tarde el agua estaba fría (y supongo yo que poco higiénica). Ante estas protestas, que apenas han durado un par de minutos, la respuesta de la jefa de estudios ha sido «eso se lo tenéis que pedir a la cámara del cuartito» (entiendo que el confesionario o como se llame aquí) porque yo no me encargo de esas cosas, que son de producción… pero lo mejor no ha sido eso, automáticamente alguien en el control de realización ha sentido un ataque de pánico y ha pinchado una bonita cámara que tenían en el jardín donde los bailarines habían escrito mensajes de amor para sus novios y con ese plano fijo hemos estado hasta que en el interior han dejado de poner a parir a producción. o eso suponemos, porque al volver a ofrecer imágenes del interior, todo era conversación sobre baile.
La verdad, ha sido bastante ridículo y ciertamente innecesario. Si quieres hacer un canal 24 horas donde muestres lo que está pasando en la casa, tendrás que admitir que si los chicos pasan hambre lo cuenten y solucionarlo al día siguiente llenándoles la nevera. Con actitudes como esta solo se peca de ridículo y luego se pretende que el público crea que todo es real y no manipulado ¡anda ya!
si,pues vaya crisis..jejee..como,no lo cierran..que coña..notese la ironia..