Hoy por fin se ha estrenado el programa matinal de Cuatro que aspira a competir con las mañanas de Ana Rosa e Inés Ballester. A simple vista no parece un programa que pueda competir por diferente, pues está cortado por el mismito patrón que cualquiera de los programas matinales qe estamos acostumbrados a ver, de modo que, a falta de novedades rompedoras, deberá buscar el éxito en el carisma de sus colaboradores.
Para ello cuentan con la super-mega estrella del momento, un Gonzalo Miró alrededor de quién ha girado todo el programa, con constantes referencias a su persona, cuando estaba en plató y cuando no lo estaba, pero que lamentablemente no tiene el tirón frente a cámara que todos los que le conocen afirman que tiene tras ella, es decir, es sosito como él solo.
Entre los colaboradores hay de todo, desde gente muy nueva y con mucho desparpajo frente a las cámaras, hasta clásicos de la tele como Rosa Villacastín, en su papel de siempre o una Amalia Sanchez Sampedro a la que no podía escuchar porque llevaba unos pendientes consistentes en unas chaquetillas de torero que hacían imposible pensar en nada que no fuera ¿donde estaba el estilista cuando esta mujer entró en plató?
Hasta tal punto es igualito este programa a todos los demás de su franja, que también conectan con el plató de informativos a mediodía para conocer las últimas noticias, también se van a publicidad con teaser del corazón como enganche, también entrevistan a víctimas de sucesos (madre de una niña perseguida por querer salir de los Latin King en este caso) y también tiene un cierre de programa con tertulia política.
Con estos mimbres, solo les queda confíar en… pues no sé en que confiarán para arrastrar a la audiencia la verdad.
Hombre, lo que pasa, en mi opinión, es que Cuatro no se ha quitado esa etiqueta intelectualoide de «televisión de calidad para minorías». La diferencia es que, a diferencia del Plus, aquí no le pueden sacar una cuota mensual a los espectadores.
El no buscar la innovación en esa franja, creo que es una reacción al hecho de que Cuatro no la ve nadie.Lo que ocurre es que Gonzalo Miró, pues no tiene el tirón que una Ana Rosa, o una Campos, en el segmento de espectadores de las mañanas. Así que apuesto por su fracaso.