Ayer me convencí de que Cuatro y La Sexta han encontrado definitivamente un hueco en la programación. Tras años de televisiones clónicas que no hacen sino repetir el mismo esquema sin dejar opción a los que no están interesados en él, las nuevas cadenas surgidas esta año permitn al espectador aburrido encontrar algo diferente: ya sea por el camino de las series serias como por el de la comedia en todos sus formatos.
Sea porque no encuentras nada que ver o bien porque aun no ha empezado lo que quieres ver, tanto La Sexta como Cuatro ofrecen programas que te permiten pasar el rato sin mayores complicaciones, especialmente La Sexta, que ha encontrado un importante nicho en los programas ligeros de toque cómico, que puede darle buenos réditos una vez que esté asentada en el panorama nacional.
La pena es que, de triunfar estas fórmulas, el resto de cadenas intentará emularlas y volveremos tristemente a la clonación de las parrillas y a no tener alternativa. Esperemos que, por lo diferentes que son la una de la otra, esto no ocurra y podamos disfrutar de la variedad presente por mucho tiempo.