¿Recordáis aquel Mazinger en 3D atravesando la Gran Vía que circuló por la red hace unos meses? Pues ahora resulta que en Tarragona hay uno igual pero de carne y hueso, mejor dicho, de fibra de vidrio.
Hace 25 años, los constructores de una urbanización llamada Mas del Plata pensaron que la mejor manera de recibir a los vecinos era ubicar una estatua de Mazinger en la entrada y, dicho y hecho.
La urbanización no llegó a construirse pero la estatua del robot ha quedado allí para disfrute de todo tipo de geeks.
Ayer en «1 Equipo» hablaban de empleos precarios. Entre ellos, estaba el de una señora latinoamericana que en el Parque del Retiro de Madrid pedía la voluntad disfrazaba de Bart Simpson a aquellos padres cuyos niños se acercaban a sacarse una foto con ella. La señora vivía su trabajo como si una función social de importancia se tratara, lo que no dejaba de ser entrañable.
Esta noticia de la estatua de Mazinger Z me hace pensar que si la señora se disfrazara del asiático de los puños fuera, tendría un público más fiel y probablemente más amigo de subvencionar con su limosna: el de los frikis nostálgicos de 30 años.
Me acercaré este fin de semana hasta el Retiro y me ocuparé de decírselo convenientemente.