El próximo 10 de Mayo está convocada una protesta contra la televisión que pretende que la gente esté un día entero sin ver la tele para mostrar su descontento con la programación en general. La campaña se basa en el poder que los espectadores tenemos como objetivo de los anunciantes, dando por sentado que si no vemos la tele los anuncios no cumplirán su objetivo, los anunciantes se molestarán y las cadenas se verán terriblemente afectadas.
Partiendo de esta base de desconocimiento absoluto de como funcionan las televisiones, no es de extrañar que la FIATYR (Federación Ibérica de Telespectadores y Radioyentes), convocante del evento, esté en contra de las cadenas. Para empezar, que unos cientos de miles o incluso millones de personas no vean la televisión un día, no queda reflejado en ningún sitio, pues solo aquellos que tienen un audimetro contabilizan así pues, o se ponen en huelga de «teles caidas» los que tienen un audímetro o no hay nada que hacer. Además, la medición de audiencias es proporcional a la gente con audímetro que está viendo la televisión, de modo que si la mitad de ellos dejan de verla, la otra mitad se reparte su share y las cadenas siguen teniendo su punto de referencia. Es más, si todos los poseedores de un audímetro dejaran de ver la tele ese día, los datos no se tendrían en cuenta al entender que algo raro ha pasado y no debe computarse.
Por otra parte ¿por qué atacar a las televisiones por poner aquellos programas que los ciudadanos demandan? ¿no sería más inteligente atacar el problema de una sociedad enferma que disfruta viendo las desgracias ajenas, que cae en la trampa de los concursos estúpidos de las televisiones locales y que no ve un documental ni por error aunque pregona verlos todos? La televisión que tenemos es un reflejo de la sociedad en que vivimos, hoy en día hay oferta más que suficiente para todos los gustos, pero lamentablemente algunos de los programas que más audiencia tienen no son los de mayor calidad ¡una lástima! Aun así, basta echar un rápido vistazo a los programas más vistos para darse cuenta de que son las retransmisiones deportivas, las películas, los concursos de PT o alguna serie, los que ocupan siempre los lugares privilegiados de modo que ¿a que viene pregonar que la televisión es tan mala? ¿que porcentaje de la televisión es la mal llamada telebasura? ¿es que todo tienen que ser sesudos programas culturales?
Ya está bien de demonizar a la televisión, el que no la quiera ver ver que no la vea pero que nos dejen vivir en paz a los demás que a nadie le obligan a ver lo que no quiere.
Por cierto, este es el octavo año consecutivo en que se convoca la protesta ¡y yo sin enterarme!
Creo que ningún año ha tenido demasiado seguimiento. Estas cosas son un poco como las asociaciones de las que nadie ha oído hablar nunca y que, de repente, protestan porque un anuncio les parece ofensivo. A mí ya me cargan bastante, la verdad.