Sin duda alguna el estreno de Cuatro tendrá consecuencias en la implantación de la TDT en las comunidades de vecinos y casas particulares.

Hasta ahora la expectación de los ciudadanos ante la aparición de un nuevo canal analógico era relativa y la existente ante la llegada a finales de este mismo mes de los canales de TDT casi inexistente, pese a las campañas de difusión que se han hecho, tanto para poner en conocimiento la existencia de la tecnología, como para adquirir los descodificadores a precios relativamente asequibles.

La aparición del primer nuevo canal generalista podría considerarse una prueba de fuego ante los espectadores, siempre reacios al cambio, animales de costumbres al fin y al cabo. De ser un éxito rotundo, sería fácil hacerles entender las ventajas de disponer de nuevos canales y ofertas y rápidamente se lanzarían a comprar sus descodificadores de TDT para ampliar aun más esa oferta. En cambio, si descubren que un nuevo canal no supone ninguna ventaja, que es más de lo mismo o incluso peor, el ciudadano entiende que no merece la pena hacer su inversión, por pequeña que sea, en la TDT, dado que además exige involucrar a su comunidad de vecinos, al administrador, convencer a ese vecino que siempre se opone a todo…

Las audiencias de Cuatro preocupan a muchos, la competencia estará deseando que se la peguen pero, a corto plazo es posible que lo mejor sea que tengan éxito, mucho éxito… nos jugamos mucho.