Escuchaba esta mañana en la radio las quejas de algunos periodistas por el hecho de que ayer Fernando Alonso no se dirigiera a los medios españoles de forma individual y que se limitara a atender la rueda de prensa oficial, para luego hacer una mini entrevista con Lobato en Telecinco.
Entiendo el berrinche de algunos, la victoria de Alonso es un hito en la historia del deporte español y como tal es noticia pero ¿que debe hacer un deportista de élite cuando ocurre algo así? Teniendo en cuenta que después de cada carrera hay una rueda de prensa oficial en la que se ofrecen todas las respuestas necesarias, el resto es accesorio y es una decisión del deportista, o su equipo, si atiende a los medios de forma individual o no. Dado que ayer no era el momento de ponerse a charlar con los medios, puesto que eso hubiera supuesto estar horas atendiéndolos, no me parece mal que se acerque a los micrófonos de Telecinco, la cadena que ha llevado la alonsomanía al país… porque no olvidemos que, independientemente de que los puristas azoten sin piedad los comentarios de Lobato y compañia (solo de la Rosa, se salva de la quema), en este país Alonso no sería ni la mitad de famoso si sus carreras se hubieran visto relegadas a la minoritaria segunda cadena o al elitista PPV; aparte de que el piloto es habitual colaborador de los reportajes previos de la cadena, lo que supone algún tipo de lazo contractual con la misma.
Antes que atender a unos si y a otros no, creo que Alonso ha optado por lo más lógico (probablemente dirigido por el equipo de prensa de Renault), atender a quién le da de comer, directa o indirectamente. Después de todo, por muy español que sea el piloto, la Fórmula 1, como tantas cosas, no deja de ser otro negocio privado más.