Siempre nos quejamos del tratamiento que en España se da a las series y de como estas son movidas o eliminadas de la parrilla de forma constante y a veces inesperada o impaciente. Tendemos a compararlo con el mercado americano, que siempre da la apariencia de ser mucho más estable y donde todo parece estar siempre en el mismo sitio y tener más oportunidades.
Pero es posible que todo esto esté cambiando y que estemos a punto de enfrentarnos a terribles ejemplos de ejecutivos impacientes, como los que en España nos despiertan cada mañana con un nuevo numerito.
Y es que leo con preocupación que, tan solo una semana después del estreno de las nuevas series de la temporada, las cadenas norteamericanas han mostrado su inquietud por el resultado de audiencia de sus series, donde tan solo los estrenos dePrivate Practice y Bionic Woman han tenido buenos datos y todas series que volvían con nuevas temporadas han bajado sus registros en comparación con los obtenidos la misma semana del año pasado ¡¡¡y tan solo se ha emitido un episodio!!!
Si estos directivos empiezan a preocuparse tan pronto, si ya están pensando en poner solución a problemas que pueden aun dar muchas vueltas, si están mordiéndose las uñas a la espera de los resultados definitivos una vez contabilizadas las grabaciones en los Tivo para ver si mejoran ¿que podemos esperar de la nueva temporada si los datos siguen así? ¿empezarán a rodar cabezas en forma de nuestras series favoritas?
Ya de entrada he leido que cinco son las temporadas normales que una serie de éxito aguanta sin empezar a sufrir un desgaste que haga plantearse su cancelación, de modo que algunas de mis seriesde cabeceraestán a punto de cruzar la peligrosa línea: Anatomía de Grey, House, Mujeres Desesperadas, por no hablar de Perdidos (aunque creo que esta no corre mucho peligro tras las últimas decisiones en torno a su futuro desenlace).
¿Que está ocurriendo con las cadenas y sus directivos? ¿Por qué hay tanto nerviosismo? No parece haber duda de que el modelo está en crisis, pero no el modelo de la televisión en si mismo, sino el modelo que rige el sistema de medición de audiencias y el peso que se otorga a estas a la hora de mantener productos en antena o moverlos arbitrariamente por la parrilla. Cuanta mayor es la oferta, más espectadores se quieren retener y eso es un imposible. O quizá no. Si existieran cadenas que fueran fiables, ordenadas, previsibles…
¿Es que nadie se acuerda que en sus primeras temporadas Seinfeld tuvo resultados más que discretos para acabar convirtiendose en todo un fenómeno?
Por poner sólo un ejemplo.