Llegó el día. Hoy nace #Cero, el nuevo canal de Movistar que promete recuperar la esencia de un difuminado Canal Plus, un Canal Plus que hoy también desaparece, en una decisión empresarial que personalmente no entiendo, dejando a un lado una marca reconocida internacionalmente, una marca que en España es sinónimo de televisión de calidad, de televisión con las últimas novedades, con los mejores eventos deportivos. Sí, es cierto que hace tiempo que muchas de esas características que auparon a Canal Plus como el referente de televisión de calidad habían desaparecido, pero no es menos cierto que es más fácil recuperar el contenido que empezar una nueva marca de #Cero.
El cambio además arrastra una serie de daños colaterales, dejando huérfanos de raíces a otros canales que llevan asociada la marca Canal Plus, como el de las series, los de cine o los de deportes y fútbol. Ciertamente, no entiendo qué ha llevado a los directivos de la plataforma a este movimiento, que más parece Telefonica entrando como elefante en una cacharrería, marcando su territorio, con la intención de no dejar nada de sus predecesores, en un proyecto que ahora consideran solo suyo.
Pese a todo, Canal Plus seguirá estando en nuestra memoria, en la de los más viejos del lugar, de la misma manera que la carta de ajuste nos viene a la mente, de la misma forma que no olvidamos que hubo un tiempo en que la televisión daba comienzo a una hora concreta del día y se desconectaba a otra, con aquel himno nacional y las fotos más representativas de la familia real. De la misma manera que recordamos el ansia porque llegara la hora de comienzo de las emisiones de la tarde, con sus programas infantiles, ese momento en que también se “encendía” la “segunda cadena” como decíamos unos o el “UHF” como le llamaban nuestros abuelos.
¿Qué recordaremos dentro de unas décadas de aquel Canal Plus que hoy nos deja? Yo tengo claras algunas de sus señas de identidad que vivirán siempre conmigo:
- El porno codificado. Puramente anecdótico como elemento del canal, pero lo más divertido de contar, lo que todos hemos hecho alguna vez, lo que nadie creería si no lo ha vivido: gente viendo películas porno a través de unas rayitas imposibles, a través de una interferencia permanente y ¡quién sabe! igual hasta poniéndose con ello. Cuenta la leyenda que las cuotas de audiencia del canal a esa hora eran sorprendentemente altas, como también cuentan que el descodificado de las películas era algo menor que el que se aplicaba al resto de la programación de pago, para fomentar el interés y, por supuesto, las ganas de suscribirse al canal.
- El futbol: cuando llegó Canal Plus llegó la época de la abundancia futbolística y de la calidad de las retransmisiones. La cantidad de cámaras repartidas por el estadio en que tenía lugar el partido de la jornada eran inéditas hasta el momento, la calidad de lo que captaban, la realización de los partidos, un auténtico lujo para el seguidor de la liga española que además, por primera vez, tenía garantizado que podía ver todos los partidos de su equipo si disponía del dinero necesario, una pasta gansa por otra parte si no tenías la suerte de ser del Madrid o Barcelona, protagonistas habituales del partido del domingo incluido en la parrilla de Canal Plus.
- El día del fútbol: otro gran programa relacionado con el deporte mayoritario de nuestro país. Un referente para cualquiera que haya hecho programas de deportes y de fútbol, tanto aquí como en cualquier otra parte del mundo.. Todos queríamos ser como El día del fútbol, todos queríamos aquel diccionario del fútbol, aquella pizarra para analizar las jugadas, aquella calidad de la cámara lenta y los excelentes análisis, sin vocerío, de sus invitados.
- Los estrenos de los viernes: junto con el fútbol, otra de las señas de identidad de Canal Plus siempre ha sido el estreno de los viernes noche, unas películas que llegaban con gran retraso respecto a su estreno en salas si lo medimos con las ventanas de hoy en día (también grandes, pero no tanto) pero una auténtica revolución en el momento y una de las principales razones para abonarse al plus. Y sin anuncios.
- Su imagen corporativa: porque no solo de contenidos viven las cadenas, el envoltorio de Canal Plus era elegante, moderno, su continuidad tenía otro nivel, era, en conjunto, una delicatessen para los espectadores, que no en vano desembolsaban una buena cantidad de dinero (unos veinte euros aproximadamente, de hace 20 años) por un solo canal de televisión.
- Las redifusiones: posiblemente la primera vez que experimentamos eso de que un mismo programa se repitiera a distintas horas del día, permitiéndonos retomarlo si por algún motivo no habíamos podido verlo en su estreno. Es la base de muchas, por no decir todas, las televisiones de pago hoy en día y de muchas de las TDT también, pero la primera vez que lo vivimos, lo hicimos en Canal Plus.
Me dejo en el tintero muchas cosas, porque casi cada programa de Canal Plus en sus primeros años merece un recuerdo. Hoy lo despedimos y damos la bienvenida a #Cero, tiene una tarea complicada por delante, espero que les vaya bien.
A lo mejor es simplemente que la marca Canal + tenía un canon y prefieren no pagarlo más teniendo en cuenta que seguramente tengan intención de extender #0 a las Movistar de latinoamerica.