Hoy es el gran día, hoy es ese momento aparentemente histórico en el que Netflix llega a España. Netflix, esa plataforma destinada a revolucionar la televisión de pago en nuestro país como ha hecho en todos aquellos en los que ha se instalado. O no.
Yo soy bastante escéptica con respecto a la panacea o la revolución que supone Netflix en términos de oferta y demanda. Tal como están las cosas en nuestro país, creo que es difícil que una propuesta como la suya acabe con los principales actores del sector, al menos con Movistar Plus, que es hoy por hoy líder y que, salvo que sigan haciendo las cosas en una progresión negativa proporcional a la de sus primeros meses de fusión, tiene una oferta difícilmente superable, una oferta que es, simplemente, otra cosa. Distintas son las opciones de televisión de catálogo, que es la liga en la que juega Netflix y donde cuenta con elementos diferenciales que lo hacen mejor que sus competidores, aunque por el momento tampoco parezcan lucir como corresponde al prestigio que les precede. Álvaro ha hecho un buen repaso a la oferta, como cuenta aquí.
¿Es todo corriente o poco competitivo en Netflix? Por supuesto que no, aunque su mayor activo hoy por hoy en nuestro país esté donde menos luce: en la parte técnica. Si por algo se caracteriza la plataforma es por la calidad del vídeo que alberga y por su usabilidad, algo que a priori puede parecer insignificante y que, sin embargo, puede hacer que muchos se decanten por esta opción frente a otras del mercado, de forma consciente o sin saber exactamente por qué se encuentran tan cómodos y lo ven todo tan bien. Efectivamente, en Netflix España aún no tienen marisco y caviar en la carta, pero la calidad del pollo y las verduras es tan buena, que posiblemente acabes volviendo una y otra vez sin darte cuenta. Y así empieza todo.
Creo que hay un factor competitivo importantísimo que no has mencionado y es que Movistar+ tiene muchos pluses (guiño) y un catálogo fantástico, pero obliga a contratar su ADSL con permanencia por 70€ mínimo. Eso para un sector de la población muy consumidor de las series es un dealbreaker.