¿A cuantos de vosotros os han traído los reyes una nueva tele? ¿Qué tal el mando incorporado? ¿Y a alguno os han regalado un mando universal atómico? ¿Uno de esos con cerca de cuarenta botones de los cuales apenas utilizarás dos o tres de forma habitual y, como mucho, una decena en toda la vida útil de la televisión?
Sí, como dice Wired, la evolución de los mandos a distancia se ha vuelto perversa. Lo es cuando lo utilizamos para manejar únicamente nuestra televisión, pero lo es más aún cuando incorporamos el manejo del reproductor de DVD, la consola de vídeojuegos y ya no digamos si queremos también el equipo de música. Lejos de ayudarnos y hacernos la vida más sencilla, los diseñadores de mandos a distancia parecen estar preocupados únicamente del diseño y de incorporar todas las funcionalidades posibles, aunque no las vayamos a utilizar o su uso precise de otros aparatos, como un ordenador con el que programar las funciones personalizadas.
El infierno de los mandos a distancia va en regresión y mientras tanto, los espectadores, auténticos especialistas en manejar teléfonos inteligentes y tabletas con miriadas de aplicaciones, se vuelven locos para cosas tan sencillas como reprogramar los canales TDT, encontrar la versión original en el menú o acceder a una información sobre el programa que, por otra parte, acostumbra a no estar actualizada.
¿Que necesita un mando a distancia para ser perfecto y práctico? Según Baldwin, apenas unas pocas cosas muy sencillas:
– Una conexión inalámbrica con los aparatos que maneje que no precise estar frente a ellos para operar.
– Un sistema de emparejamiento con los dispositivos tan sencillo como los de un ratón o un teclado, que no precise de un código numérico que nunca localizas cuando lo necesitas.
– Botones reales que faciliten su localización y su uso sin necesidad de dejar de mirar la pantalla e incluso en la oscuridad.
– Que todas las funciones esenciales estén en el mando, algo aparentemente sencillo pero que resulta no ser tan habitual en ejemplos como el del apple TV, que necesita de otro mando para manejar el volúmen.
– Que pueda operarse tocando botones y se deje de modernidades como la activación por voz o movimientos de la mano que nunca darán un óptimo resultado.
– Pocos botones, cuantos menos, mejor.
– Un precio razonable, acorde con la necesidad de tener menos opciones inútiles.
¿Y tu mando a distancia? ¿Cómo lo usas? ¿Cuántos de sus botones te sobran? ¿Echas en falta alguno que no tenga?
Hola,
Pues yo pienso que la evolución natural de los mandos a distancia es integrarse en los Smart Phones y Tablets. Además de poder tener un ojo en el email/twitter/facebook etc..poder cambiar de canal, fuente de vídeo, audio etc…y encima tener información de contexto de lo que se está viendo o se va a ver (por ejemplo me encanta dar un vistazo a la sincroguía in In&out). Como extra final además poder controlar luces, persianas, alarmas, climatización. Todo configurable para que te aparezcan solamente los botones de las funciones que vas a usar…
No olvidemos que hablo de un aparato que ya nunca está a más de tres metros de uno, que todo lo que digo no tiene coste adicional (frente a los cientos de euros que puede costar un mando como el de la foto del post), y que además puede ser manejado desde el salón de tu casa o desde 3000 kilómetros…Los tablets y los smart phones se van a convertir en el mando a distancia total de tu hogar, pero para todas las distancias.