Con nuevo presidente en la casa, por fin, parece que las cosas empiezan a moverse en TVE, por fin. Aunque las noticias que van llegando no son buenas para todo el mundo, al menos se ha salido de la parálisis en que se encontraba la cadena, algo que siempre he creído mucho peor que los anuncios de cancelación que estamos viendo en los últimos días, que se mezclan con fechas de estreno de series pendientes y algunas novedades.
Entre estas noticias, el anuncio del regreso de Gran Reserva, que confirma su estreno para el otoño en la noche de los lunes. Este es el que más ilusión me ha hecho, pues soy fiel seguidora de la producción de Bambú, que justo hoy anunciaba su nominación a mejor serie dramática en los prestigiosos Seul Drama Awards. Supongo improbable el encargo de una nueva temporada, pero no pierdo la ilusión de que alguna otra cadena la repesque, como parece ocurrirá con Amar en tiempos revueltos. Aunque Antena 3 aún no se ha pronunciado, parece que el serial de mayor audiencia de las sobremesas cambiará de canal, para complementar o quizá sustituir las tardes de ficción que ya funcionan relativamente bien con Bandolera y El secreto de Puente Viejo. El rumor viene sonando desde hace tiempo y hoy se confirmaba el primer paso necesario para su confirmación: la cancelación por parte de TVE.
Tampoco parece que vaya a renovar Isabel, una miniserie aún inédita en su primera temporada pero que ayer mismo anunciaba que desmontaba sus decorados, pendientes de la posibilidad de grabar una segunda que ya se ha descartado, al menos por parte de la productora, que sigue esperando que el producto ya terminado vea la luz.
Y junto a estas entradas y salidas, un cambio curioso, el de Anne Igartiburu a las tardes, con un magazine que, según informaban ayer todos los medios, pretendería competir con Sálvame, intuyo que por la audiencia, pero no por el formato, aunque sospecho que los habituales del programa de Telecinco difícilmente se pasarán a la versión light del panorama oficial del corazón.
También vuelve Bertín Osborne, en este caso con un programa de corte social, ahora que sus circunstancias personales y la edad le han hecho pasar de ligón empedernido a padre ejemplar.
Mientras tanto, los juegos olímpicos, siempre una excusa excelente para avances tecnológicos o demostración de poderío y buen hacer, despliegan 19 señales diferentes en la página web de RTVE, permiten comentar en tiempo real y proporcionan un servicio a la carta digno, a priori, de las mejores cadenas de televisión.
¡Cómo no va a volver Berín Osborne a TVE en vacaciones! Antes se quita Rajoy de comer que dejarnos sin nuestra ración anual del galán español por antonomasia.
Odio este país.