Hoy es noticia un nuevo estudio de esos tan rimbombantes que hacen en las universidades y que generan muchos titulares, pero que no terminan de convencerme en absoluto. En este caso además, sospecho que la culpa no la tiene solo el estudio, sino la manera tan poco profunda de describirlo de la nota informativa.
Se trata en este caso de una investigación en la que se afirma que los españoles tenemos una capacidad muy baja para analizar los mensajes audiovisuales, una afirmación con la que me quedo más o menos como estaba y que me lleva a plantearme una primera incógnita con respecto al concepto «análisis del mensaje audiovisual»: ¿quiere esto decir que no entendemos un ‘flashback’ en una película o que no somos capaces de reconocer que programas de televisión como el muy nombrado Sálvame son una pamplina para entretener al personal?
Si es lo primero, sin duda es un problema de lenguaje audiovisual o deberíamos decir de la ausencia de suficientes mensajes audiovisuales. Desde muy pequeños estamos acostumbrados a ver películas, series, historias breves en formato audiovisual y nadie nos enseña en la escuela que determinados fundidos, algunas expresiones en la cara de los protagonistas o los colores que muestran las escenas suponen un salto atrás en el tiempo. En mi opinión, esto no es necesario, aunque asistir a una clase en la que se analice puede ser útil y divertido, basta un consumo regular de este tipo de contenidos para que el cerebro humano acabe por captarlo y fijarlo.
Si se trata en cambio de lo segundo, la incapacidad para discernir realidad de ficción o exageración en determinados contenidos audiovisuales, ya entramos en otro campo distinto, el del sentido común por una parte y el de los principios del entretenimiento audiovisual por otra. Ambas características han demostrado estar muy poco presentes en la sociedad española en casos como la reciente «decapitación» de Dani Martín en El Hormiguero, que demuestra sin duda alguna que en este país nos hace falta un hervor. Pero ¿cómo enseñamos a los espectadores a diferenciar estas cuestiones? ¿se puede educar el sentido común?
Yo les sugiero a los que han hecho el estudio que dediquen su tiempo a cosas más útiles, no están los tiempos para dedicarse a bobadas de estas. Que lo más triste es que muchas veces todas estas bobadas se hacen con el dinero de todos en forma de subvenciones.
Total para la telebasura que se emite cada vez más en España, o el cine patrio (con pequeñísimas excepciones) no se necesita gran entendimiento.