Antena 3 estrenaba ayer una apuesta televisiva realmente arriesgada, la serie británica Downton Abbey que, pese a ser un gran éxito de audiencia y crítica en su país de origen, no responde al tipo de producto que en España encumbramos, aplaudimos y sobre todo, vemos de forma masiva, pese a que hubo un tiempo, hace ya muchos años, en el que las series británicas eran frecuentes en nuestras pantallas: desde Benny Hill a Arriba y Abajo, pasando por Los Roper o La caida y auge de Reginald Perrin.
Downton Abbey es una serie de época británica, con todo lo que esto conlleva. Ambientada antes de la I Guerra Mundial (concretamente en 1912) y teniendo como punto de arranque de las tramas el hundimiento del Titanic, esta serie es un clásico de una época en la que las mujeres no podían heredar, los matrimonios en la aristocracia eran de conveniencia y las grandes mansiones albergaban más sirvientes que gente a la que atender. Y en esto consiste la historia, tan sencilla como deliciosa.
Como cabía esperar, Antena 3 la emitió sin cortes publicitarios y además ofreció la versión original con subtítulos, para un mayor disfrute del delicado acento británico, una oferta frecuente en la emisión de TDT de la que poco nos acordamos y que tuvieron a bien recordarnos en el informativo, conscientes de que nos encontrábamos ante una serie distinta que apetece disfrutar de otra manera. Una pena que tras la emisión de la primera entrega nos atosigaran con el segundo episodio, no solo por el innecesario empujón narrativo que supone la emisión de dos episodios seguidos, sino también por lo poco que nos va a durar emitida de esta manera cuando la primera temporada apenas tiene siete entregas. Una de las penitencias que debemos pagar por pedir producciones pensadas para franjas de una hora.
La gran duda antes y después de ver la serie era cómo respondería la audiencia, de quienes depende que las cadenas se atrevan con novedades como esta en lugar de limitarse al clásico producto español, muy local y con mucha juventud hormonada a uno y otro lado de la pantalla. El veredicto ya está en los medios y es un notabilísimo 17,1%, que coloca a Antena 3 a la cabeza del prime time, en una noche difícil que contaba con partido de Champions en La 1 (bien es verdad que no jugaba ningún equipo español) y la hasta ahora resultona Ángel o Demonio, seguida tan solo por un 9,7% de share, un paupérrimo resultado para una ficción que ya tiene firmada segunda temporada y que pronto puede empezar con el temido baile de días.
Con estos datos, solo me queda decir dos cosas: enhorabuena a Antena 3 por arriesgar y ganar y, sobre todo, enhorabuena a la audiencia que, una vez más, y van unas cuantas, demuestra que no somos tan tontos como algunos nos quieren pintar.
Está ambientada antes de la II Guerra mundial. Yo la ví hace meses en inglés y está realmente bien.
De hecho SPOILER ALERT!
la primera temporada termina con el anuncio de que están en guerra con Alemania